Un grupo de ciudadanos cubanos salieron a las calles de Camagüey en la noche del martes 27 de febrero, a exigir la liberación de una decena de detenidos por gritar Patria y Vida en la Plaza de Méndez. La policía arremetió con violencia contra la multitud y encarceló a una decena de cubanos, entre los que se encontraban, Adrian Quesada Flores y Marisol Peña Cobas, ambos activistas por los derechos humanos. 

En respuesta al atropello, Barbaro de Céspedes y un grupo de activistas tomaron las calles de la ciudad para hacer presión por la libertad de los detenidos. Al grito de “Patria y Vida”, “Abajo el comunismo” y “Libertad para los hermanos”, abordaron unos bicitaxis y arengaron a los vecinos. 

El régimen para evitar males mayores puso en libertad a los ciudadanos encarcelados. Marisol Peña Cobas fue abandonada en la carretera Circunvalación entrada la noche, junto a otra cubana detenida. Peña Cobas relató con dolor lo ocurrido: "nos molieron a golpes como siempre hacen", explicó. 

La violencia policial contra los activistas por los derechos humanos es insostenible. En las últimas 72 horas los cubanos han visto actos de repudio, allanamientos, vandalización de sedes opositoras (Unpacu) y detenciones violentas como las ocurridas en Camagüey. La tensión va en aumento tras la campaña frenética del gobierno contra la popular canción “Patria y Vida”.

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