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Sandro Castro prosigue con su guerra contra El Toque

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 27 de octubre de 2025

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El nieto de Fidel cuestionó abiertamente la transparencia del sitio El Toque, señalando que su tasa de cambio se ha convertido, sin control ni explicación, en la referencia oficial del mercado informal en Cuba.

“Cada día amanezco con un nuevo precio y ya uno no sabe si mirar El Toque o el parte del tiempo”, escribió Sandro, reflejando el sentimiento de miles de cubanos que ven cómo el valor del dólar sube sin un respaldo económico visible.

Su publicación abrió una tormenta de comentarios y reacciones. Algunos lo apoyan, asegurando que “ya es hora de que alguien con influencia pida claridad”. Otros lo critican, argumentando que El Toque no “sube” el dólar, sino que simplemente refleja el desplome del peso cubano, producto de una economía en crisis, sin respaldo productivo ni liquidez.

Pero el post de Sandro tocó una fibra sensible: la confianza. En un país donde los precios cambian al ritmo de un post, la credibilidad de las fuentes se ha vuelto tan valiosa como el dinero mismo. “Si un solo sitio define lo que vale el dinero en la Isla, ¿quién controla a ese sitio?”, preguntó.

La respuesta de los usuarios fue explosiva: “Eres el presidente que Cuba necesita”, le escribió una seguidora; “Más influencia que datos”, denunció otra.

“El Toque es solo el termómetro, el problema es la fiebre del sistema”, opinó un internauta.

Mientras unos acusan a El Toque de manipular el mercado, otros defienden su papel como “observador”, insistiendo en que el dólar no sube por culpa de nadie, sino porque el peso pierde valor cada día ante la inflación y la escasez.

Lo cierto es que la publicación de Sandro reavivó un debate que el Gobierno prefiere evitar: ¿quién fija realmente el valor del dinero en Cuba? ¿Una página digital o una economía que hace tiempo perdió su rumbo?

Con más de mil comentarios en pocas horas, el tema promete seguir ardiendo. Sandro no solo lanzó una pregunta sino que abrió una grieta en el muro del silencio económico cubano. Y en medio de la crisis, su voz —amplificada por la frustración popular— podría marcar el inicio de una conversación que muchos temen, pero que el país ya necesita.


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