Un caimán atacó e hirió de gravedad a un hombre el jueves, mientras se lavaba las manos en un estanque de Sanibel, en la costa oeste del estado norteamericano de Florida, provocándole heridas graves.

El hombre fue capaz de librarse de las fauces del caimán y hacer una llamada al número de emergencias 911, al tiempo que otras personas pudieron aplicarle un torniquete en el brazo mordido. Tuvo que ser trasladado a un hospital del condado de Lee.

La identidad de la víctima no fue divulgada, pero se conoció que había sufrido “graves heridas” en el antebrazo derecho, de acuerdo con reportes de medios locales. Agentes de la Comisión para la Conservación de la Pesca y la Vida Silvestre (FWC, en inglés), de la policía del condado de Lee y un trampero se desplazaron hasta el lugar del incidente.

Ahí, en la zona conocida como Periwinkle Way, se concentraron para capturar al reptil, aunque por el momento se desconoce si lograron atraparlo. Los ataques de caimanes a personas son raros, si bien los encuentros con caimanes en Florida son bastante comunes.

Durante la última década en el estado se reporta un promedio de ocho mordeduras por año no provocadas que requirieron atención médica, según la FWC. Desde 1948 hasta 2021 se registraron 442 incidentes de mordeduras no provocadas en Florida, que resultaron en 26 muertes.

Los caimanes pueden encontrarse prácticamente en los 67 condados que componen Florida, a pesar de su inclusión en la lista federal de especies en peligro de extinción. Las autoridades advierten a menudo de la prohibición de arrojar alimentos a los caimanes, ya que esto puede condicionar que los reptiles “asocien a los humanos con la comida”.

En mayo, un hombre de 47 años de Florida murió en un presunto ataque de caimán mientras visitaba un popular parque urbano. La FWC detalló que el incidente ocurrió en el John S. Taylor Park de la ciudad de Largo, en el Condado Pinellas, unas 20 millas al este de Tampa.

“En los últimos años, Florida ha experimentado un tremendo crecimiento de la población humana. Muchos residentes buscan casas frente al mar y participan cada vez más en actividades relacionadas con el agua. Esto puede resultar en interacciones más frecuentes entre humanos y caimanes y un mayor potencial de conflicto”, advierte la FWC.

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