El personaje que aparece en la publicación viral de Saúl Manuel no es otro que Yosuan Palacios Ortega, un diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, ferviente defensor del régimen y habitual vocero de la propaganda oficialista.

En las imágenes, Yosuan aparece protagonizando un supuesto “debate” en una bodega prácticamente vacía en Sagua de Tánamo, Holguín, uno de los tantos escenarios de la crisis económica que azota a Cuba.

La escena es tan absurda como simbólica: un funcionario del sistema haciendo acto de presencia donde no hay ni productos ni soluciones ni esperanza. Las reacciones en redes no se han hecho esperar. Desde burlas sobre su apariencia y sus gestos forzados, hasta duras críticas sobre la manipulación del discurso oficial.

Comentarios como “la viva imagen de la miseria” o “el muñeco de titanio” resumen el sentir de un pueblo cansado de los montajes y del teatro revolucionario.

Yosuan representa el nuevo rostro de la dictadura: joven, adoctrinado, con discurso reciclado y cero conexión con la realidad del pueblo. En lugar de fiscalizar el desastre, como corresponde a cualquier representante del pueblo, se presta al circo de mostrar normalidad donde solo hay abandono.

El hecho de que se le utilice para “dialogar” sobre una pesa en una bodega sin comida no es casual: es parte del guión habitual del sistema, donde todo aparenta funcionar, aunque la vida del cubano de a pie sea un infierno.

Las redes sociales, únicas ventanas libres del país, han dejado claro que el pueblo ya no se traga el cuento. A pesar de los intentos del régimen por disfrazar la debacle, el hambre no se maquilla y la verdad no se esconde detrás de un “compañero” diputado.

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