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Arrestan en Matanzas a 25 implicados en el robo de 131 vacunos y 10 equinos

Redacción de CubitaNOW ~ sábado 11 de octubre de 2025

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Una nueva ola delictiva sacude a la provincia de Matanzas, donde al menos 25 personas fueron arrestadas por su presunta participación en robos con violencia y delitos contra el ganado en varios municipios del territorio. Los hechos reflejan el creciente deterioro de la seguridad en Cuba, donde nada parece escapar a la delincuencia, ni siquiera los animales de las fincas rurales.

De acuerdo con reportes divulgados por medios oficialistas y perfiles cercanos a las autoridades, los detenidos estarían implicados en 11 robos violentos y cinco hechos contra el ganado, que tuvieron lugar en Colón, Calimete, Limonar, Pedro Betancourt, Los Arabos y Jagüey Grande. En total, los ladrones sustrajeron 131 vacunos y 10 equinos, en una cadena delictiva que afectó profundamente a productores agropecuarios de la región.

Las autoridades afirmaron que continúan las investigaciones para desarticular por completo la red, y que los implicados “responderán por los delitos cometidos”. Sin embargo, la magnitud del hecho pone en evidencia un problema mucho más profundo: la creciente inseguridad y el colapso de los controles institucionales ante la crisis económica que atraviesa el país.

Durante los últimos meses, los reportes de robos de ganado, viviendas, tiendas estatales y hasta instituciones públicas se han vuelto frecuentes en casi todas las provincias cubanas. Los agricultores denuncian que ya resulta imposible proteger sus animales o cultivos debido a la falta de recursos, transporte y vigilancia. En muchos casos, los responsables de estos delitos actúan con total impunidad o logran escapar gracias a la corrupción y la ineficacia del sistema judicial.

El hurto y sacrificio ilegal de ganado vacuno —un delito que considerado excepcionalmente grave— se ha convertido en una práctica habitual. Los campesinos señalan que la carne se vende luego en el mercado negro o se intercambia por productos básicos, en medio de una escasez generalizada de alimentos y precios desorbitados.

A pesar de las continuas promesas oficiales de “tolerancia cero contra el delito”, las cifras de robos siguen aumentando. Los ciudadanos perciben que la Policía actúa más como un aparato de represión política que como garante del orden público, mientras el hambre y la desesperación empujan a muchos a delinquir para sobrevivir.

Este nuevo episodio en Matanzas no solo evidencia la profundización del deterioro social, sino también el fracaso de las políticas económicas que han llevado a una situación límite a la población. Con el campo desabastecido, los productores desmotivados y la delincuencia en ascenso, Cuba vive una de sus etapas más inseguras en décadas, donde los robos ya no distinguen entre lo público o lo privado, lo urbano o lo rural.


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