Ancianos cubanos renuncian a deficiente alimentación por asistencia social: “No puedo seguir botando el dinero”

Redacción de CubitaNOW ~ martes 12 de julio de 2022

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Diversos problemas enfrentan los ancianos y personas “beneficiadas” con el Sistema de Atención a la Familia (SAF) en Pinar del Río, donde varios incluso han decidido prescindir de los servicios, tanto por la falta de calidad como por el precio a pagar.

“No puedo seguir botando el dinero”, dijo una anciana, que llevaba meses tratando de acceder al SAF ante la súbita inflación de la Tarea Ordenamiento (TO), pero, cuando lo consiguió, se decepcionó pronto con las deficiencias encontradas.

Según declaró a la prensa oficialista local, los frijoles comenzaron a llegar muy duros, fríos por la demora en la entrega, y el arroz parecía menor cantidad que nunca, por lo cual se retiró del SAF, un mecanismo que también la mantenía más protegida de exponerse al coronavirus, pues los alimentos son distribuidos por mensajeros desde que comenzara la pandemia.

Un reporte del periódico Guerrillero indica que la mensajería se logró “en su mayoría con trabajadores de los propios establecimientos; allí donde los comensales eran pocos no hubo problema, mas, en aquellos en los que la cifra pasa de 20, 40 y hasta 90, realmente se formó un cuello de botella”.

Debido a la situación, algunos usuarios del SAF reciben los alimentos cerca de las 11 de la mañana y otros pasadas las dos de la tarde, a riesgo de que el calor descomponga el almuerzo. “Al principio me costaba cuatro pesos el almuerzo y la comida de los dos. Cuando subieron el precio no pensé en retirarme del servicio, porque estoy resolviendo mi problema, y la verdad que la comida, hasta con leña, les queda buena”, defendió una vecina del reparto Fénix.

“Si veo que no me alcanza cocino un poquito de arroz de la cuota. Vengo siempre porque me queda cerca y el mensajero demora, son muchos lugares y ya cuando está de regreso la comida está fría”, explicó.

“Yo no como tanto, a mí me alcanza y me mantuve en el servicio porque no tengo olla arrocera ni ‘reina’, pero fuera del SAF no puedo comprar nada más, ni siquiera algo que venga a la placita, dice, porque mi jubilación es de 1 528 pesos, y la diferencia es corta, tengo además los gastos de la casa”, lamentó Marta Díaz, usuaria de la unidad “El Relámpago”.

“Los precios están muy elevados y lo hemos discutido hasta en los consejos de la administración y en las reuniones de la distribución. Es una queja reiterada que llega a través de los trabajadores sociales. Siempre decimos que no se corresponde con la calidad y el gramaje, y como respuesta nos explican que es por ficha de costo”, dijo Belén Martínez Martos, subdirectora de Prevención, Asistencia y Trabajo Social de la Dirección Provincial de Trabajo en Pinar.

La funcionaria reconoció que una gran parte de los comensales había dejado de asistir al SAF. “La causa fundamental son los precios, según nos alegan, y a los jubilados se les da una ayuda parcial, no total y tampoco a todos, sino según la situación del núcleo familiar”, expuso.

Sobre los alimentos, Alexander Carrillo Salazar, especialista principal del SAF y Merienda Escolar del Grupo Empresarial de Comercio, detalló que deben entregarse 22 frecuencias de huevo al mes, otras 22 de productos cárnicos (picadillo, embutidos), siete de pollo y dos de cerdo.

“Si no se cumple con la entrega, entonces hay que cubrirlo con otro alimento. También pasa que, si no llegan en tiempo los diferentes productos, entonces no se puede alternar, y por eso ocurre que reciben el mismo plato fuerte varias jornadas” dijo. Los componentes del plato no deben superar los 13 pesos en conjunto. “Por eso, si hay pollo tenemos que balancear con otro plato más barato o se encarece el servicio”, dijo.

La unidad del Cuba Libre presenta dificultades en la refrigeración, y no hay plan de resolverlos pronto. “Hubo un tiempo en que contamos con mayor cantidad de equipos, pero se fueron deteriorando”, señaló un directivo de la Empresa Municipal de Gastronomía de Pinar del Río.

Asimismo, existen limitaciones con la elaboración de los alimentos. Cuando hay dificultad con el gas licuado deben recurrir al carbón y en ocasiones a la leña. Markenia Izquierdo Treche, especialista de Gastronomía de la Empresa, apunta que no tienen dinero para comprar equipos de cocción.

“El Programa Mundial de Alimentos ha entregado ollas, cazuelas, sartenes, pero hace tiempo no recibimos ollas a presión. Hoy cocinan en cacerolas y muchas veces ablandan los frijoles y chícharos por las noches en carbón para ahorrar el balón o en ollas propias de los trabajadores”, dijo.

El SAF es un programa que presta un servicio a personas en su mayoría adultos mayores, con bajos ingresos o carentes de familias, en situación de discapacidad y casos sociales.


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