Se han encendido las alarmas en Santiago de Cuba tras el brutal ataque que dejó gravemente herido a Wilfredo Calzadilla, un hombre de 76 años, a manos de Roberto Vega, un sujeto conocido en la comunidad por estafas con piezas de televisores.

El hecho ocurrió en la zona del kilómetro 11 y medio, El Castillito, y ha generado una ola de indignación entre los vecinos, que exigen medidas inmediatas de las autoridades.

Tras recibir múltiples heridas, Calzadilla fue trasladado de urgencia a Veguita de Galo, donde permanece bajo cuidado intensivo. Mientras tanto, el agresor continúa prófugo, pese a que la familia presentó la denuncia ante la policía. Hasta el momento no existe ninguna versión oficial sobre lo ocurrido ni detalles de la motivación del ataque. La ausencia de respuestas ha llevado a los hijos de la víctima a iniciar su propia búsqueda, reflejando la sensación de desamparo que sienten muchos residentes.

Este caso se suma a un patrón alarmante de violencia en Santiago de Cuba. En las últimas semanas, la ciudad ha sido escenario de apuñalamientos, asaltos y agresiones violentas en plena vía pública.

Desde peleas frente a talleres de celulares hasta ataques con armas blancas en distritos como "José Martí" y en intersecciones céntricas, la inseguridad se ha vuelto una constante que mantiene en alerta a los vecinos. Algunos incluso denuncian la existencia de bandas de menores armados que cometen robos y asaltos sin que las autoridades actúen eficazmente.

La comunidad exige control y seguridad, denunciando que la impunidad se ha convertido en un factor que pone en riesgo especialmente a los adultos mayores y las personas más vulnerables. La violencia reciente evidencia la incapacidad de las autoridades para garantizar la seguridad ciudadana y ha llevado a muchos a tomar precauciones extremas o a buscar justicia por sus propios medios.

Organismos como el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana han alertado que la criminalidad en el país ha aumentado más de un 50 % en el último año, con Santiago de Cuba entre las provincias más afectadas junto a La Habana, Matanzas y Holguín.

Este contexto convierte cada ataque en un grito de auxilio de comunidades que sienten que vivir seguros se ha vuelto un lujo imposible. La sociedad exige justicia, y el caso de Calzadilla se ha convertido en símbolo de la creciente violencia que amenaza la vida y la tranquilidad de los santiagueros.

Del perfil de Yosmany Mayeta

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