Sin consuelo, se encuentra la familia de Leo Alejandro Doval del Prado, un joven cubano de solo 19 años que está entre los desaparecidos del incendio en la Base de Supertanques de Matanzas.
Leo Alejandro cumplía el año de Servicio Militar obligatorio que impone el estado cubano a todos los jóvenes antes de ingresar a sus estudios universitarios y soñaba con estudiar medicina.
El deceso del joven se conoció a través de publicaciones en redes sociales, porque hasta el momento las autoridades de la isla no han emitido el informe oficial de las víctimas mortales, principalmente bomberos, dentro de las cuales se cuentan varios jóvenes que cumplían el Servicio Militar. Según los reportes oficiales, hay 14 desaparecidos a causa del siniestro.
Ya la abuela de Leo había pedido ayer que no lo llamaran “héroe” sino “víctima” del Servicio Militar.
“Solo un niño que iba a entrar en su etapa juvenil truncada. Destrozados sus sueños y proyectos de vida. Soñaba con ser neurocirujano y nos comentaba con entusiasmo sobre lo mismo. Mi niño no es un mártir, es una víctima del Servicio Militar Obligatorio. Perdonen, el dolor no me permite continuar. Él no tenía que estar allí”, escribió la abuela.
Hoy su tía, Yunia Doval, se desgarra de dolor al recordarlo.
“A tí, mi Leo: ¡Yo no te quiero héroe, mi niño, te prefiero cobarde! ¿Por qué nunca se me ocurrió decírtelo?”, escribe la cubana en una publicación en sus redes sociales.
“Siempre admiré tus valores y sabemos tu familia que no eres de los que corren, sin imaginar que hoy, preferiría que hubieses huido. Sentiría igual orgullo si llegaras ahora diciendo que de repente te tornaste cobarde, rebelde, desafiante y te bajaste del camión de bomberos, porque en definitiva, tú no eres uno de ellos. ¡Tú serías un neurocirujano!”, dice la tía del joven.
“Pienso en cuando venías a casa y te pasabas horas hablando de tarjetas de vídeo y fútbol con Maikel y yo celosa siempre te reclamaba: "tu tía soy yo, no él". Entonces volvías a mí y me abrazabas, (era mi momento favorito, el del babeo) donde nos decíamos cuánto nos queremos (y mucho que nos lo dijimos)”, agrega.
La cubana no encuentra consuelo, en medio del dolor por la pérdida del joven.
“Leo, si me escuchas, dónde estés, te pido: ¡Reencarna tus valores en la piel de mi hijo! ¡Te lo imploro! Quiero a Derek con tus cualidades: tu entrega al estudio, a los amigos, a la familia; que sea tan maduro como tú; tan hombre como tú; tan lindo, cariñoso y noble como tú; solo no le des tu valentía, tu coraje, tu obediencia. Déjame verte en él, sentirte en él”, suplica.
“¡Me rehúso a saberte muerto! No permitas que olvide tu olor, tu voz, la sensación en mis mejillas de tus besos y el calor de tus abrazos sinceros.
Te amo desde siempre y por siempre: en la superficie y en lo profundo, por dentro y por fuera, desde cada extremo y en cualquier espacio: terrenal o no”, pide su tía.
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