Pasajeros de un ómnibus en la provincia de Santiago de Cuba exigen a policías que entren a la guagua y se lleven a dos ladrones que fueron capturados por la población. Parece una historia de un libro de cuentos pero fue la más pura realidad: algunas personas identificaron a los malhechores y varios uniformados se montaron al ómnibus y los bajaron esposados. Según el perfil de Yosmany Mayeta los ladrones fueron capturados en Calle 4.
El gobierno cubano no ofrece estadísticas de delincuencia y se le acusa de suprimir de los titulares de prensa esa información. Los críticos señalan que en su momento, el gobierno de Fidel Castro evitaba los problemas sociales que plagan a países de Latinoamérica. En la Isla no habían pandillas, pero en estos momentos Cuba no es la excepcion en relación con el resto del continente mientras los gobernantes viven pisoteando los derechos humanos de sus ciudadanos lo que acrecienta el desorden para las personas de bien.
Los famosos Comités de Defensa de la Revolución, especie de asociación de vecinos para la vigilancia pero con poder real, "chivatos" sin sueldo, se mantuvieron durante largo tiempo como "guardianes del barrio", atajando, entre otras tareas "políticas", a los grupos de delincuentes antes de que se convirtieran en pandillas. Pero esto ya no funciona y la delincuencia campea por las calles cubanas, no porque no existan los CDR (muy disminuidos por cierto) sino porque hay una economía asfixiante, porque hay hambre y desolación.
Sobre el tema un internauta dice: "El otro día salí del banco con un sobre repleto de dinero en efectivo, un bulto de billetes para hacer pagos en un país donde las tarjetas de crédito rara vez funcionan, y donde es el dinero, la forma específica de billetes, lo que resuelve.
"No fue hasta que llegué a mi automóvil con el sobre apretado bajo mi brazo, que me di cuenta hasta qué punto no me sentía confiado de mi seguridad en Cuba porque ya en nuestro país no se puede andar con tranquilidad. Un breve recorrido, con una considerable suma de dinero encima, es motivo de mucha preocupación; es difícil no ponerse paranoico"
A eso se le suma que únicamente un loco anda con el móvil en la mano por la calle. Ya se han dado casos de asaltos, incluso a niños de primaria, mujeres embarazadas y ancianos. Ya no hay paz ni tranquilidad en las calles de la Isla, ni policía capaz que proteja. Esa es la cruda realidad emanada de la dictadura. ¡Ah! pero que no salga alguna persona con un cartel pidiendo libertad para los presos políticos o haciendo una marcha pacífica para exigir se cumplan los derechos humanos. Así estará presente toda la fuerza represiva de un régimen atroz, ajeno a la libertad y la verdadera paz.
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