Con la reciente victoria de Donald J. Trump en la presidencia, el Partido Republicano asegura un control total en el Congreso de Estados Unidos, dominando tanto el Senado como la Cámara de Representantes.
Medios estadounidenses como CNN y NBC confirmaron que los republicanos retuvieron su mayoría en la Cámara de Representantes y, tras una serie de victorias, lograron asegurar el Senado, quitándole el control a los demócratas. Esta posición de poder facilitará a Trump la implementación de su agenda, centrada en un enfoque de “Estados Unidos primero.”
Líderes republicanos, como Mike Johnson, destacaron que esta victoria a nivel nacional es una señal del apoyo de los ciudadanos a las políticas republicanas, mientras que Steve Scalise subrayó la importancia de las reformas planeadas para los primeros 100 días de gobierno. Estas incluyen la reducción de costos en alimentos y energía, mejoras en seguridad fronteriza, y una reactivación económica para las familias en dificultades.
En las elecciones del 5 de noviembre, Trump también superó en votos populares a la demócrata Kamala Harris por un margen considerable y ganó en varios estados clave, consolidando su posición política. Para agilizar su mandato, Trump ha considerado hacer nombramientos temporales en puestos clave, evitando procesos de confirmación prolongados en el Senado.
Este control legislativo ofrece al próximo presidente una ventaja estratégica para implementar rápidamente sus planes en economía, inmigración y política exterior, prometiendo un periodo de cambios significativos en la administración pública estadounidense.
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