Una vez más, el régimen cubano muestra su intolerancia y abuso de poder al atacar a pequeñas y medianas empresas independientes. El caso más reciente es el de Frank Cuspinera, empresario cubanoamericano y dueño de Diplomarket, conocido como el "Costco cubano".
El 20 de junio de 2024, las fuerzas militares cubanas intervinieron en el negocio de Cuspinera. Desde entonces, él y su esposa Camila han estado incomunicados, acusados de evasión fiscal, tráfico de moneda y lavado de activos. Estas acusaciones parecen ser un pretexto del gobierno para confiscar sus bienes. La intervención se produjo tras el cierre de la jornada, aprovechando la autorización previa de las autoridades para realizar una venta en su empresa.
Al día siguiente, las autoridades comenzaron a confiscar todos los bienes de Diplomarket para redistribuirlos entre los miembros de la élite gubernamental. Este mes, otros empresarios, presos injustamente durante más de un año, han enfrentado controles judiciales. Aunque algunos obtuvieron fianza o libertad por decisión de un juez, estas decisiones fueron revocadas inmediatamente por los militares cubanos, bajo la dirección de la cúpula del régimen.
El caso de Cuspinera no es aislado. Forma parte de un patrón sistemático de represión contra empresarios que intentan mejorar las condiciones de vida en Cuba mediante la creación de empleos y oportunidades. Muchos otros enfrentan investigaciones o detenciones injustas por intentar operar fuera del control estatal. La represión económica del régimen priva al pueblo cubano de esperanza y progreso.
(Con información de las redes sociales: La Tijera)
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