Un ancianio cubano fue asesinado en el poblado de Encrucijada, provincia de Villa Clara.
El hombre, conocido como el “Coronel”, se dedicaba a manejar un carretón de caballo.
Según la denuncia de personas cercanas a la víctima al medio independiente Cubanos por el mundo, "una o dos personas lo habrían alquilado para trasladarse en su carretón de caballos".
"Lo mataron para robarle el caballo", dijo una de las fuentes no identificadas al citado medio.
Los familiares del anciano lo había reportado como desaparecido días antes. “Lo encontraron en un campo de caña. Ahí estaba el carretón y el viejo degollado, con las manos picoteadas”, aseguró la fuente.
"Nuestro querido “Coronel" - como cariñosamente le decían muchos--fue asesinado. Presumiblemente le quitaron la vida para apropiarse de su carretón y caballo, en acto de cobardía ante una persona de avanzada edad", explicó en facebook Reinaldo Álvarez.
"Este hecho nos ha sorprendido y consternado a todos. No es común que en Encrucijada sucedan cosas de naturaleza tan violenta", agregó.
Cada vez son más frecuentes las noticias de cubanos desaparecidos. En muchos casos las víctimas aparecen muertas.
A mediados de este año el asesinato de un profesor cubano en Sancti Spíritus conmocionó al país.
"Santiago Diosdado Morgado Morgado lo asesinaron el pasado 1 de julio para robarle una moto, que luego vendieron en 200 000 pesos. En el crimen hubo cinco personas implicadas.
Según el recuento de la prensa oficialista, que citó la investigación en curso de la Jefatura del Órgano de Investigación Criminal del Ministerio del Interior (Minint), los asesinos "se valieron de un palo y una piedra, así como de dos piezas de un vehículo agrícola que luego atarían al cuello y a las piernas del occiso, con la finalidad de hundirlo en un pozo con agua de más de tres metros de profundidad".
De acuerdo al reporte, "uno de los presuntos asesinos alquilaba con regularidad los servicios de trasportación de Santiago y sabían que, dado el carácter afable de la víctima, resultaría fácil conducirlo hasta la localidad El Capitolio, perteneciente al Consejo Popular Banao, donde escondido tras la maleza lo esperaba un segundo victimario".