Santiago de Cuba vive un nuevo episodio de violencia y abuso de poder que ha dejado a toda la comunidad consternada. La madrugada del 3 de octubre de 2025, Omar Tejeda Centilet, un hombre de 69 años y trabajador del Aeropuerto Internacional “Antonio Maceo”, fue brutalmente agredido por un policía en evidente estado de ebriedad.
Lo más indignante: Omar solo iba a cumplir con su jornada laboral, vistiendo su uniforme y cargando su mochila con herramientas y almuerzo.
Según denunciaron familiares y testigos, el agredido fue abordado en la oscuridad de la calle Barnada por un hombre que, lejos de identificarse correctamente, lo amenazó. Temiendo un robo, Omar aceleró el paso hacia una zona iluminada, pero el individuo —que resultó ser un policía— ordenó a un perro callejero atacarlo y comenzó a golpearlo sin motivo alguno.
Durante la agresión, la víctima solo se dio cuenta de la verdadera identidad del atacante cuando el oficial dejó caer su arma. Aun así, el agente continuó la brutal paliza, usando incluso el cabo de su pistola frente al Partido Provincial.
El ataque dejó a Omar con graves heridas en la cabeza, fracturas en las costillas y múltiples hematomas. Solo la intervención de vecinos y trabajadores cercanos logró detener la violencia antes de que fuera demasiado tarde. Para colmo, el oficial intentó encubrir su abuso: desaparecieron registros médicos y policiales del hospital, y las pertenencias del anciano fueron entregadas a personas que nunca aparecieron.
Actualmente, Omar se encuentra estable, pero enfrenta un largo proceso de recuperación física y emocional. Su familia exige justicia y sanciones inmediatas para el oficial implicado, quien sigue en funciones pese a las evidencias.
“Mi padre no es un delincuente. Iba a trabajar. Fue atacado por un policía borracho. No queremos silencio, queremos justicia”, declaró un familiar.
Este lamentable caso expone, una vez más, la impunidad con la que algunos agentes actúan y la urgencia de exigir transparencia, rendición de cuentas y respeto absoluto a la integridad de los ciudadanos. La violencia institucional no puede ser tolerada. Santiago de Cuba y toda la sociedad merecen respuestas y sanciones ejemplares.
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