La indignación se apoderó este martes de la Funeraria de Güines, en la provincia cubana de Mayabeque, donde dos familias vivieron una experiencia dolorosa y humillante: no pudieron velar a sus seres queridos por la ausencia total de cajas fúnebres. Los cuerpos, uno de ellos fallecido desde la madrugada, permanecieron más de 15 horas en condiciones deplorables y sin refrigeración.
Según reportes ciudadanos, uno de los fallecidos murió por meningitis bacteriana y su cuerpo comenzó a descomponerse en el cuarto de preparación, generando un hedor insoportable que impregnó todo el local. A esta situación se sumó un prolongado corte eléctrico que se extendió desde las 6:00 a.m. hasta pasadas las 6:00 p.m., agravando las condiciones ya insalubres del lugar.
Ambas familias denunciaron que uno de los cadáveres fue ingresado a la funeraria a las 2:00 a.m. y el otro a las 10:00 a.m., y ninguno pudo ser velado en condiciones dignas hasta después de las 5:00 de la tarde, cuando finalmente llegó una camioneta desde Bejucal con los ataúdes.
La desesperación llevó a los familiares a exigir respuestas a las autoridades. Buscaron sin éxito al Director Municipal de Comunales, quien tras responder una llamada telefónica colgó y no volvió a atender. También se presentaron en las oficinas del Poder Popular y del Partido en el territorio, donde aseguran haber sido completamente ignorados.
El episodio es otro reflejo del colapso de los servicios básicos en Cuba, donde ya ni siquiera se puede garantizar una despedida digna a los muertos. Más allá de las excusas del embargo o las limitaciones externas, lo ocurrido en la Funeraria de Güines es una muestra palpable de desorganización, abandono institucional y una falta de respeto total hacia los ciudadanos.
“No es bloqueo, es desidia”, repetían indignados los familiares, denunciando el maltrato, la insensibilidad y la negligencia de las autoridades locales. La indignación también se trasladó a redes sociales, donde los residentes del municipio compartieron su frustración con frases como “¡hasta la muerte en Cuba es un calvario!”.
La funeraria, como muchas otras en el país, se encuentra en condiciones precarias, sin recursos mínimos para operar con normalidad. La falta de ataúdes no es un hecho aislado: es el resultado de un sistema estatal centralizado que ha demostrado ser incapaz de dar respuesta eficiente ni siquiera en momentos de profundo dolor humano.
Mientras el régimen cubano sigue culpando a factores externos por la crisis general del país, miles de familias enfrentan el deterioro diario de todos los servicios, incluidos los funerarios, que deberían ofrecerse con respeto y humanidad. En este caso, como en tantos otros, la población queda sola, enfrentando el dolor y la indignación en medio del abandono oficial.
Fuente: La Tijera
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