La periodista independiente cubana Camila Acosta ha informado a través de una serie de tweets que, desde hoy, se encuentra bajo vigilancia policial constante en su residencia. Esta medida restrictiva, según Acosta, tiene como fin impedirle salir a la calle en el contexto del Día Internacional de los Derechos Humanos. "Es la cuarta ocasión en cuatro años que esto ocurre durante la conmemoración de esta fecha", declara la periodista en su primer tweet.
En una segunda publicación, Acosta denuncia la arbitrariedad de estas acciones, señalando la falta de justificación oficial o proceso judicial. "El régimen cubano viola mi derecho a la libre circulación, constituyendo además un mecanismo de intimidación", expresa. Subraya que, de intentar salir, probablemente sería detenida y acusada de un delito común.
El tercer tweet de Acosta amplía la mirada hacia La Habana, describiendo una percepción general de militarización en la ciudad. Familiares de presos políticos le han informado sobre movimientos inusuales en las prisiones, lo que sugiere esfuerzos para prevenir movilizaciones ciudadanas de protesta contra la dictadura.
Estos eventos no son aislados. La represión a periodistas independientes es una práctica habitual en Cuba, y la propia Camila Acosta ha sido víctima de esta en el pasado. Este tipo de acciones del gobierno cubano reflejan un miedo palpable a la libre expresión y al periodismo independiente, esenciales en cualquier sociedad democrática. La situación actual de Acosta no es solo un ataque a su libertad individual, sino también un símbolo de la lucha más amplia por los derechos humanos en Cuba.