El gobierno de Diaz Canel cubano dijo este miércoles que “no es realista” el plan de deportaciones masivas de cubanos y explicó sus argumentos.
“Aquí es importante recordar que existen acuerdos migratorios entre Cuba y Estados Unidos y cualquiera tema de esta característica, incluyendo las deportaciones que puedan haber, tienen que hacerse en el marco de lo que establecen los acuerdos”, dijo Carlos Fernández de Cossío, viceministro de Relaciones de Exteriores, en rueda de prensa celebrada tras la ronda de conversaciones migratorias entre ambos países.
“En ese contexto, no es realista pensar que vaya a haber deportaciones masivas desde Estados Unidos a Cuba”, añadió.
Fernández de Cossío aprovechó para calificar los planes de deportación del entrante gobierno de Estados Unidos de “bastante drásticos” y “bastante injustos”.
El alto cargo cubano remitió a continuación a lo que significaría “desarraigar” a los cubanos que tienen su vida hecha en Estados Unidos.
“Pretender deportar a Cuba a cientos de miles de cubanos, que son las cifras que a veces se manejan, sería desarraigar a personas que han hecho ya su vida en Estados Unidos, trabajan allí, muchos tienen familias allí”, apuntó.
En tercer lugar, Fernández de Cossío dijo que organizar deportaciones masivas de cubanos no sería coherente con la que ha sido la política de EEUU. en las últimas décadas hacia la isla, que ha sido la de conceder una posición privilegiada a los migrantes procedentes de Cuba.
“Ha habido históricamente, durante décadas, una política ostensible del gobierno de Estados Unidos de privilegiar al migrante de Cuba”, concluyó, sin hacer referencia directa a la Ley de Ajuste Cubano, que concede ventajas a los migrantes procedentes de la isla una vez que llevan un año y un día en territorio estadounidense.
La reunión migratoria -la última bajo la administración del presidente Joe Biden- fue calificada como "constructiva" y "franca" por el vicecanciller cubano.
Representantes estadounidenses, encabezados por Eric Jacobstein, también participaron en la sesión, que marcó la quinta ronda de negociaciones desde que se reanudaron en 2022 tras una pausa durante la administración de Trump (2017-2021).
Fernández de Cossío destacó que "Cuba tiene la intención de cumplir con los acuerdos migratorios", y expresó su preocupación por el aumento del tráfico de personas, así como por el tratamiento agresivo hacia migrantes cubanos en aeropuertos estadounidenses.
Durante el encuentro, el gobierno cubano solicitó a Estados Unidos que se normalicen los servicios consulares en La Habana, particularmente la emisión de visas de no inmigrantes, que actualmente se gestionan en terceros países como Guyana.
También reiteró su posición en contra de la Ley de Ajuste Cubano, que considera un estímulo para las salidas irregulares.
Entre enero de 2022 y octubre de 2024 más de 900,000 cubanos emigraron a Estados Unidos mediante vías irregulares o beneficiados por programas como el parole humanitario.
La última ronda de diálogos migratorios entre Cuba y Estados Unidos concluyó en un clima de incertidumbre ante la posible llegada de Donald Trump nuevamente al poder, lo que augura un panorama migratorio aún más tenso para ambos países.
Mientras tanto, la isla enfrenta un éxodo sin precedentes, con miles de ciudadanos buscando alternativas fuera del país en medio de una crisis económica severa.
El gobierno cubano considera que no es realista esperar deportaciones masivas de cubanos desde EE.UU. debido a los acuerdos migratorios existentes entre ambos países. Las deportaciones deben realizarse dentro del marco de estos acuerdos, que históricamente han otorgado un trato preferencial a los migrantes cubanos.
Se espera que una administración de Trump endurezca las políticas migratorias hacia Cuba. Sus planes incluyen deportaciones masivas y podrían afectar a los cubanos que no han regularizado su situación migratoria. Sin embargo, los beneficiarios de la Ley de Ajuste Cubano podrían estar menos afectados, ya que esta ley ofrece un camino hacia la residencia legal.
La Ley de Ajuste Cubano permite a los cubanos regularizar su estatus migratorio en EE.UU. tras un año de permanencia en el país. Esto les brinda una ventaja significativa frente a otros grupos migrantes y podría protegerlos de deportaciones masivas en el futuro cercano.
El gobierno cubano ha manifestado que deportar a cientos de miles de cubanos sería un acto de desarraigo para personas que ya han establecido sus vidas en EE.UU. Además, Cuba considera que estas deportaciones serían incoherentes con la política histórica de EE.UU. hacia los migrantes cubanos, que ha sido de privilegio y beneficio.
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