Cinco días antes de que el cubano Carlos Soto asesinara a su familia en Florida, la esposa había llamado al 911 para alertar que sentía miedo.
El pasado 9 de junio la venezolana Zuleika López llamó a las autoridades para decirles que tenía miedo de que su esposo tuviera un arma con la que podría hacerles daño.
Según explicó, lo había escuchado conversando con un primo de ella, sobre algo relacionado con porte de armas.
La mujer solicitó que le enviaran un oficial para que revisara su casa y se asegurara de que no había un arma.
Medios locales indican que previamente Zuleika había tenido varias discusiones con su esposo y sentía temor de que atentara contra la vida de ella, de su hijo y de su madre.
"Yo llamé porque estoy muy asustada e intrigada. Porque yo he tenido muchos problemas con él, es muy celoso", le dijo a los oficiales que acudieron a la escena mientras su esposo, observaba desde las afueras de su edificio.
"Cuando la policía le preguntó a la mujer si su esposo le había pegado o amenazado ese día con el arma, ella respondió que no. Y cuando la oficial le preguntó si Soto le había pegado en el pasado, ella temerosa no quiso responder, aunque luego hizo una señal de que sí", explica un reporte de Univision.
Los oficiales también le preguntaron a Zuleika si su esposo le había pegado en el pasado y aunque ella no respondió directamente, el documento oficial indica que hizo una seña de que sí. Después les contó que un año antes la había golpeado.
Los oficiales le aclararon que no podrían hacer nada si el tenía un arma de forma legal.
"Podemos chequear si quiere. Pero si la tiene (el arma), es mayor de edad. Si tiene su licencia no le vamos a quitar su arma", comentó la oficial a Zuleika.
Además, le dijo que si no quería estar con él por esa razón, ella podía ir a la corte del condado y divorciarse.
"Yo me quiero separar de él, divorciarme lo más rápido posible", dijo López a la policía.
Según explican, los agentes también le preguntaron a Soto pero él respondió que no tenía intenciones de hacerles daño.
Al preguntarle a Zuleika si se quería ir de la vivienda, ella respondió que no tenía para donde ir con su hijo y su mamá.
La policía determinó que no había amenazas directas ese día contra ella y decidieron irse. Todo esto ocurrió mientras su pareja la miraba fijamente conversar con la oficial que atendió el caso.
Cinco días después el hombre asesinó a Zuleika, su madre y su hijo y luego se quitó la vida.
El trágico suceso se registró en Casselberry, ciudad ubicada en el condado de Seminole, estado de Florida, en horas de la mañana del 14 de junio.
“La mañana de hoy en un ataque de celos mató a mi mamá y a mi hermana, mi sobrino quedó herido y cuando lo llevaban en la ambulancia al hospital falleció”, explicó el hermano de la víctima.