En medio de un creciente malestar social generado por el aumento de tarifas de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), sectores estudiantiles han protagonizado protestas y llamados al paro dentro de varias universidades del país.
Aunque las acciones enfrentan diversos obstáculos, la expresión del descontento se ha hecho visible tanto en el ámbito digital como en el espacio físico.
Las dificultades que enfrentan los estudiantes para sostener un paro efectivo incluyen presiones de Seguridad del Estado, de funcionarios universitarios, profesores y estudiantes afines al gobierno.
A esto se suman los temores de las familias ante posibles represalias, la falta de coordinación entre las diferentes sedes educativas y el hecho de que las protestas ocurren en la etapa final del curso académico.
Pese a estas barreras, la protesta estudiantil ha logrado instalarse en el escenario público.
Las denuncias circuladas en redes sociales han sido corroboradas por registros audiovisuales y testimonios, evidenciando una fractura en el tradicional control estatal sobre las universidades cubanas.
El reciente incremento de precios en los servicios de internet móvil ha contribuido a trasladar el disenso desde el entorno virtual hacia las calles y recintos universitarios.
La medida fue aplicada en momentos en que el acceso a datos móviles se ha vuelto esencial para la comunicación, el estudio y el trabajo, generando una reacción inmediata entre los jóvenes usuarios, principales afectados por el encarecimiento del servicio.
En este contexto, la intelectual cubana Alina Bárbara López Hernández expresó su respaldo a los estudiantes mediante una publicación en su perfil de Facebook. “Los estudiantes saben que cuentan con mi apoyo total a su civismo y valor.
La manifestación pacífica del próximo 18 será un homenaje a ellos, los protagonistas de este tiempo”, escribió.
Asimismo, López Hernández cuestionó la afirmación del presidente Miguel Díaz-Canel, quien en el pasado declaró que “el verdadero reto y las batallas por librar estaban situadas en las redes sociales”. Según su análisis, la medida tarifaria contradice esta estrategia comunicativa, al forzar una mayor visibilidad del descontento en la vida pública.
En tono irónico, la intelectual señaló que lo que ETECSA logre recaudar con sus tarifas podría ser invertido por los órganos de Contrainteligencia en materiales para citaciones, combustible, motocicletas y salarios de agentes.
Las reacciones al tarifazo continúan, y se espera que la manifestación del próximo 18 de junio sea un nuevo capítulo en esta secuencia de movilización ciudadana.
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