Varios santiagueros se quejaron ante la prensa oficialista por la mala calidad del pan que les expenden en las bodegas estatales, una deficiencia acrecentada por los constantes apagones que actualmente afectan a todo el país.
“La calidad del pan es malísima, no tiene calidad ninguna”, lamenta un anciano del municipio Contramaestre en un reporte de la televisión oficialista de la provincia. “Los sartenes no los lavan, parece, sale negro negro el pan por debajo”, explica un segundo poblador.
“El gramaje no es el que lleva y el sabor y el gusto, tampoco, agrio”, dice otra entrevistada en la misma localidad. “¿Con qué harina están haciendo el pan? Dicen que es de yuca, no sé si será real, si le falta grasa, pero yo creo que no tiene ni la medida ni la calidad, se desgrana, mira para esto”, explica una mujer que desmigaja el producto frente a las cámaras.
“Dicen que es problema del fluido (eléctrico) que se está yendo, la masa sube y se cae. Lo que hacen es que se reconstruye el pan y ahí pierde calidad”, argumentó el trabajador de una bodega.
Este martes, el programa “Santiago Hoy”, por el canal Tele Turquino, estuvo dedicado a las inquietudes de la población respecto de la producción y comercialización del pan en el territorio del oriente cubano. Según el espacio, en la actualidad los procesos de producción sufren dificultades ante problemáticas como la poca disponibilidad de las materias primas, y afectaciones en la cobertura energética, además de “otros factores objetivos”.
“De manera emergente hay que transformar las cosas que no están bien. Nada justifica el maltrato al público, nada justifica un mostrador sucio, se necesita que el mecanismo de actuación sea diferente. La industria alimentaria fue un sector de referencia en Santiago y necesitamos que lo vuelva a ser”, dijo la gobernadora de la provincia, Beatriz Johnson.
En el programa compareció Juan Carlos Rosell, coordinador de Programas y Objetivos del Gobierno, quien explicó que desde inicios del año se ha enfrentado problemas con la harina en el territorio, lo que ha provocado que se esté trabajando sin cobertura, o sea “al día”.
Rosell comentó que el proceso de elaboración del pan demora alrededor de cuatro horas y media y la mayoría de los hornos con los que se trabaja en el territorio son eléctricos, por lo cual los apagones afectan seriamente la producción.
Por otro lado, la subdirectora de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria, Elizabeth Perera dijo que “en el proceso de elaboración está concebida una etapa de fermentación que en caso de pasarse del tiempo establecido la masa adquiere sabor ácido, una situación que se está dando bastante a menudo por los cortes de electricidad, pues si se prepara la masa y en ese período se interrumpe el servicio eléctrico, el proceso de fermentación se extiende”.
“Para solucionar estas situaciones existen técnicas de refrescamiento que se hacen con la harina, un insumo que como ya se ha explicado, hoy no lo tenemos en las cantidades necesarias. También influye por supuesto el recurso humano, que con astucia y sapiencia puede lograr un mejor acabado”, agregó.
Desde el año pasado, con la crisis en el país agravada por la pandemia del coronavirus, se supo que Santiago de Cuba experimentaba con harina de maíz para la elaboración del pan, a falta de la de trigo, con el fin de cumplir la demanda de la población.
Las panaderías santiagueras ya habían utilizado materias primas como el plátano, boniato, calabaza, entre otros, para suprimir una parte de la harina de trigo. Mario Labrada Ramos, director provincial de la Cadena del Pan, comentó entonces que las producciones a partir de ese material se realizaron en dos unidades y las experiencias resultaron satisfactorias teniendo en cuenta textura, tamaño, color, entre otros elementos.
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