El científico y activista cubano Oscar Casanella decidió abandonar la huelga de hambre que mantenía junto a otros colegas del Movimiento San Isidro.
A través de sus redes sociales, Casanella explicó las razones que lo llevaron a tomar tal decisión, en tanto argumentó que no podía continuar sabiendo que su esposa y su hijo estaban desestabilizados psicológicamente por la preocupación.
Estos cubanos solamente exigen que el gobierno de la isla libere al opositor y artista Denis Solís, sin embargo y a pesar de la presión en redes sociales, continúan pasando los días y no se ven intenciones de hacerlo.
Cubita Now reproduce su mensaje, de manera íntegra, a continuación:
Amigos de San Isidro, amigos, hermanos.
Hoy 24 de noviembre de 2020 a las 3 pm abandoné la huelga de hambre que inicié junto a otros amigos en la casa de Luis Manuel Otero Alcántara, sede del Movimiento San Isidro, exigiendo la liberación del cantante Denis Solís González.
Mi decisión de abandonar la huelga no ha sido nada fácil para mí, pero la presión recibida fundamentalmente por mi esposa vencieron a mi voluntad.
Al abandonar la huelga y regresar a casa junto a mi esposa y mi hijo, dejando a 14 amigos dentro de la sede de San Isidro sitiados y acosados por la policía política, se han mezclado dentro de mí, amor, indignación, preocupación, angustia e impotencia.
Quisiera clonarme o ser ubicuo.
Es imposible sentirme bien conmigo mismo. Quiero estar allí en San Isidro con ellos y quiero estar junto a mi esposa y mi hijo, ayudando y educándolo.
Después de más de 144 horas de huelga de hambre, ya la sensación de hambre había cesado y mis parámetros de salud estaban bien excepto la última lectura de los niveles de glucosa en sangre que fue de 66 mg/dL, pero sentía que mi cuerpo podía vivir sin alimentos muchos días más haciendo un buen reposo relativo.
Me importa más la vida de mi hijo y de mi esposa que la mía propia y me siento culpable y egoísta cuando ellos se preocupan, se inquietan y se descompensan psicológicamente tanto al estar solos como al pensar que mi vida está en peligro.
Estoy seguro de que si muchos cubanos, miles de cubanos, hacen un poquito para lograr la liberación de Denis Solís González se podrá lograr tanto la libertad de este cantante como salvar la vida de los valientes patriotas cubanos inmolados en San Isidro en nombre de Denis y del pueblo.
La represión política que ha sufrido Denis Solís González y los activistas que hemos estado en la sede del Movimiento San Isidro no puede seguir ocurriendo.
Cuba tiene que cambiar ya y es responsabilidad de nosotros los ciudadanos cubanos lograr una transición hacia la democracia, hacia una república “con todos y para el bien de todos”.
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