"Hay un tipo en Santiago de Cuba que va a pie por la calle, mínimo un par de veces a la semana, con una jaba enorme y una mochila.
"Así, espontáneo, jovial, sonriente, a lo cubano cubano. Se va acercando en su andar, sobre todo, a las personas más ancianas o discapacitadas, saluda, te dice "qué bolá" y de repente saca lo mismo un jabón, un paquete de detergente, uno de espaguetis, un pomo de aceite o una lata de puré.
"¿Qué hace luego? Entabla una charla repleta de afectos con esa gente humilde, les obsequia algunos productos, bendice y sigue su camino buscando la próxima "presa".
"¡Qué va!, alertaaa, este sujeto es un traficante, ¡sí!... ¡ un traficante de emociones". En sus jabucos carga minidosis de alegría y alivio pasajero tan valioso para esas almas desgastadas por una realidad que las va superando casi sin remedio.
"Porque en Cuba, en la Cuba real, los ancianos sobreviven como pueden. Sus pensiones son una burla frente a los precios de los mercados, la inflación devora cada moneda antes de que llegue a sus manos. Muchos, tras toda una vida de trabajo, deben depender de la caridad de vecinos, de la familia si la tienen cerca o de almas generosas como la de este caminante anónimo.
"Los hogares de ancianos, cuando existen, son sitios donde la escasez es norma y el abandono un fantasma que se pasea entre camas desvencijadas. Los que se quedan en casa enfrentan la soledad, la falta de medicinas, la imposibilidad de costear una dieta decente. ¿Cuántos abuelos no han tenido que vender lo poco que les queda para poder comprar algo de comida? ¿Cuántos no viven de la limosna de quienes aún pueden compartir?
"Por eso, este hombre se convierte en una chispa de esperanza. Me atrevo a decir que sumando todas las ocasiones que ha repetido sus caminatas de esperanza, varias toneladas de alimentos ha desparramado ya en manos necesitadas. Ni hablar de los infinitos kilogramos de dicha desperdigada en tantos corazones agradecidos ante la sorpresa.
"¡Caminante no hay camino, se hace camino al andar!
"¿Y quién es?... Yasser Sosa Tamayo, cubano de a pie igual que todas esas bellas señoras que aparecen en las imágenes.
"Aché pa’ ti, chamaco"
Guillermo Rodriguez Sánchez, escritor, periodista y filántropo cubano.
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