Que un departamento de Comercio Exterior de cualquier país festeje que se sobrecumpla su plan de exportación resulta razonable, exitoso. Y Cuba no fuera la excepción si el pueblo no estaría pasando su peor crisis de hambruna en seis décadas. Así las cosas y como las noticias son para divulgarlas las redes se hacen eco de la felicidad que embarga a las autoridades cubanas por el sobrecumplimiento del plan de exportación anual correspondiente a 2024, con una cifra supeior a lo previsto.
Según el Ministro del ramo, Oscar Pérez-Oliva Fraga, el plan asciende a un 132.4%. Mientras esto sucede internacionalmente, las bodegas y mercados de la Isla adolecen de esos productos nacionales, que la Dictadura se da el lujo de exportar.
Por ejemplo, este mes de septiembre la distribución de alimentos en la canasta básica por consumidor es de siete libras de arroz, 10 onzas de chícharos, dos libras de azúcar (en un país que fue muchos años el mayor productor de azúcar del mundo), sal (por composición de núcleo donde haya disposición), compota (13 cajitas para niños de 0-2 años 11 meses y 29 días), yogurt de soya (4 bolsas para niños de 7- 13 años; en los territorios con entregas pendientes trabajar en su recuperación), leche en polvo (se asegura la entrega de 30 días a niños de 0-2 años y los niños de 2-6 años una decena y la continuidad en el mes con atrasos a partir de los arribos previstos), aseo (jabón de lavar y tocador).
Mantener la entrega por composición de núcleo con frecuencia bimestral de crema dental (recuperar los atrasos del segundo bimestre marzo-abril) y detergente líquido (mantener la distribución trimestral).
De lo publicado solo dieron arroz, una mini dosis de azúcar turbonada como si fuera blanca, chícharo y jabón.
En el reporte, vean las fotografías de algunos de los productos que la dictadura exporta, según sus dirigentes para que los niños cubanos tengan leche. Como se puede observar, para comercializar, los mares que rodean a Cuba sí tienen peces, langostas, camarones. Para vender sí se hace café y chocolate. Las frutas sí tienen calidad. Corrupción, indecencia, inhumanidad son algunas de las características que pudieran aplicarse para estos señores que además, vanaglorian y festejan el sobrecumplimiento del hambre del pueblo.
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