La tragedia ha sacudido a un vecindario de Houston, Texas, específicamente en el vecindario de Clinton Park, luego de que Julián Guzmán, un niño de tan solo 11 años, perdiera la vida tras recibir un disparo mientras jugaba inocentemente con otros niños al tradicional juego "ring and run" —tocar timbres y salir corriendo. Claro. La tragedia ocurrió en Houston, Texas,en el este de la ciudad.
El incidente sucedió alrededor de las 11 p.m. del sábado, 30 de agosto de 2025, cuando el pequeño fallecido fue impactado por un disparo en la espalda. Tras ser trasladado al hospital, falleció el domingo.
Según distintas fuentes el responsable es Gonzalo Leon Jr., de 42 años, que fue arrestado y enfrenta cargos por asesinato. La policía determinó que no hay indicios de defensa propia, ya que el tiroteo ocurrió lejos de la casa del acusado..
Según el informe preliminar, el hecho ocurrió alrededor de las 10:50 p.m. cuando el grupo de niños participaba del juego frente a varias casas del vecindario. Guzmán tocó el timbre de una vivienda y, al correr junto a sus amigos, el dueño de la casa supuestamente salió armado y disparó directamente al grupo. Julián fue alcanzado por una bala y, a pesar de los intentos de reanimación, falleció en el lugar.
La indignación en redes sociales ha sido inmediata. Decenas de usuarios expresaron su furia y tristeza ante lo que muchos consideran una "pérdida absurda e injustificable". Comentarios como “Qué alma tan negra la de este hombre” o “Ahora le van a tocar el timbre a él, y no precisamente en su casa” muestran el nivel de repudio. Otros señalaron la facilidad con la que algunas personas en Estados Unidos recurren a la violencia, especialmente en estados donde el acceso a armas es más permisivo.
Aunque el acusado ya fue detenido, muchas personas temen que, como en otros casos, reciba una fianza baja y quede en libertad en poco tiempo. Algunos piden cadena perpetua, otros incluso la pena de muerte, indignados por la corta edad de la víctima y la aparente falta de amenaza real que representaba el niño.
Este caso reabre el debate sobre el acceso a las armas, la tolerancia social y el cuidado de la infancia en Estados Unidos. Julián Guzmán, quien solo quería jugar, terminó siendo una nueva víctima de una sociedad donde, como muchos dicen, la violencia ya no distingue edad ni intención.
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