El popular músico cubano Alfredito Rodríguez dedicó unas emotivas palabras a La Habana en su 504 aniversario. Este 16 de noviembre es además el cumpleaños de su madre.

“Habana: yo tengo agua de tus ríos en mi piel, que lo diga el Almendares, Cojímar, o Bacuranao; tengo sal y arena de Santa María, de Guanabo”, dice en uno de los fragmentos del texto.

"Me reclino en tu puesta de sol, amo la catedral de Cecilia, la Plaza Vieja, la de Armas, el convento de Santa Clara y el mar de ese malecón, muro de vida, cuantas alegrías, penas, encuentros y amores desatados en ese mirar al horizonte; ese mar que cerca te queda, ha frustrado sueños y también ese mar insondable, los ha hecho correr y ser incontrolables; ese mar bañado de espuma y también por infortunio de sangre", agrega.

Rodríguez, uno de los artistas más queridos por el público cubano, reside desde hace años en Miami con su familia pero asegura que La Habana sigue con él. 

"Desde donde me encuentre, siempre miro tu noche, pienso en Edison y en la maravilla de su lámpara incandescente, pero para ti, dios creó la bombilla intensa de la luna, para que de esa luz nunca te desprendas. Yo te he desandado tanto!, desde solares, hasta palacios, desde Siboney, a los meollos del parque de trillo, desde las armonías de la “perla marina” de Sindo, hasta la “sabrosona” de Egües, desde la mulata de Cirilo, pasando por el “poema de las cosas” de Buesa, desde el Vedado oscuro e incitador al beso furtivo, desde el Miramar frondoso, desde tu rampa inmensa, desde tu calle del Obispo, reflejadora de blancos, negros y chinos, desde el olor a melao dulce del central, hasta la amargura que produce el desasosiego".

"Habana mía: jamás me he ido, bien que se, que muchos sienten mi lejanía, y también que algunos se empeñaron en alejarme de ti, pero estoy sin estar. Tengo conmigo el olor de tus mujeres, las manos encallecidas de mis hermanos, la mariposa, el tocororo, tu mar, tu palma, y deseo que los pensamientos de quien bien no te quiera, se estrellen como se estrellan las olas en ese muro de mi malecón querido".

Para finalizar su texto escribió: "Salud mi Habana, en el día también, de mi santa madre Celina. Habana de mis tuétanos, de mis entrañas, de toda mi vida, de mi alma toda, soy todo tuyo. tu mi Habana querida, eres mía, mía, mía".

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