Mientras Cuba se hunde en el caos, el régimen usa a Alejandro Gil como su nueva cortina de humo
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 1 de noviembre de 2025
Mientras el oriente cubano intenta levantarse de las ruinas que dejó el devastador huracán Melissa, el régimen de La Habana ha decidido acaparar los titulares con una noticia “oportuna”: la sentencia contra el exministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, y varios de sus colaboradores.
Según la Fiscalía General de la República, se solicitó responsabilidad penal por delitos tan graves como espionaje, malversación, cohecho, evasión fiscal, lavado de activos, tráfico de influencias y falsificación de documentos públicos, entre otros.
La nota oficial asegura que se garantizó el debido proceso y que las sanciones serán privativas de libertad, aunque no se especificaron los términos de la condena.
Pero, ¿por qué ahora? ¿Por qué anunciar esta sentencia justo cuando el país enfrenta una de las peores crisis humanitarias de las últimas décadas? ¿Es una coincidencia o una maniobra calculada para desviar la atención del desastre nacional?
Mientras el aparato propagandístico del Estado difunde la “caída del corrupto Gil”, miles de familias en Santiago de Cuba, Granma, Guantánamo y Holguín sobreviven entre el lodo, las ruinas y la desesperanza.
El huracán Melissa arrasó con techos, cosechas y viviendas; dejó comunidades enteras incomunicadas y multiplicó el hambre en una población que ya vivía al límite.
Testimonios desde la zona oriental describen un panorama desolador: ni agua potable, ni alimentos, ni electricidad, ni atención médica suficiente.
Las enfermedades comienzan a propagarse entre los damnificados, y los hospitales colapsan sin recursos ni medicamentos. “La gente lo perdió todo, absolutamente todo”, relatan vecinos de Palma Soriano y Contramaestre.
Frente a este horror, el régimen opta por exhibir una supuesta cruzada anticorrupción. Sin embargo, muchos cubanos dentro y fuera de la Isla interpretan la sentencia de Gil como una “cortina de humo”: un intento de maquillar la imagen de una dictadura que lleva más de seis décadas saqueando al país y culpando a otros de su propio fracaso.
¿Será Alejandro Gil el nuevo chivo expiatorio de un sistema que ya no puede sostener su mentira? ¿Se trata de justicia o simplemente de un espectáculo político en medio del hambre, la pobreza y la devastación?
Mientras tanto, Cuba sigue siendo un país empobrecido hasta el extremo ya no solo pobre, sino paupérrimo, hundido por un gobierno que vive de discursos, manipula la miseria y utiliza el dolor de su pueblo como escenario político.
Y mientras el régimen “sentencia” a los suyos, el verdadero juicio lo dicta la realidad: un país en ruinas, un pueblo sin esperanza y una dictadura que se aferra al poder entre el hambre y la destrucción.
Crédito total: La Tijera (Facebook)