La situación entre Israel e Irán ha escalado peligrosamente tras la aparente ruptura del alto el fuego anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Mientras el gobierno israelí acusa a Irán de haber lanzado varios misiles contra su territorio en violación directa del acuerdo, Teherán niega rotundamente los hechos.

Esta nueva confrontación reaviva la tensión en una región ya marcada por la inestabilidad, y amenaza con desembocar en una ofensiva militar de gran envergadura.

Según un comunicado oficial del ejército israelí, tras la entrada en vigor del alto al fuego, Irán habría disparado misiles hacia el norte de Israel, alcanzando incluso zonas urbanas como la ciudad de Haifa.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguran haber detectado y respondido a lo que califican como una "completa violación" del acuerdo. El ministro de Defensa israelí fue más allá y prometió represalias “en el corazón de Teherán”, anunciando el inicio de nuevos ataques coordinados con el primer ministro.

El régimen iraní niega rotundamente haber lanzado ofensiva alguna. La agencia oficial ISNA calificó de “falsas” las informaciones difundidas por Israel, sugiriendo que se trata de una estrategia para justificar una escalada militar unilateral. La contradicción entre ambas versiones genera confusión tanto entre la población como en la comunidad internacional, que observa con preocupación una nueva fase de violencia en Medio Oriente.

“A la vista de la completa violación iraní del alto el fuego declarado por el presidente de EEUU y el lanzamiento de misiles hacia Israel [...] he dado orden a las FDI de continuar el intenso ataque a Teherán”, señala el ministro de Defensa en una declaración recogida por el medio israelí Haaretz. También el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, ha sido contundente: “Responderemos con fuerza”.

Entretanto, las sirenas antiaéreas han vuelto a sonar en ciudades del norte de Israel, lo que ha causado alarma entre los ciudadanos y un despliegue defensivo sin precedentes desde el último conflicto. Aunque aún no hay confirmación internacional independiente sobre los misiles supuestamente lanzados por Irán, la presión crece sobre la comunidad diplomática para que se esclarezca la veracidad de las acusaciones antes de que la espiral bélica se acelere.

"Las noticias de un ataque iraní con misiles sobre Israel tras la entrada en vigor del alto el fuego son falsas", insistió la agencia estatal iraní ISNA. Esta afirmación contradice directamente los informes del ejército israelí, que ya ha publicado imágenes de los daños en Ramat Gan atribuidos al bombardeo iraní.

De comprobarse la falsedad de la acusación, Israel se vería comprometido ante una ofensiva sin base verificable. Si, por el contrario, los misiles son confirmados, podría abrirse la puerta a un conflicto regional más amplio con participación de terceros actores.

Mientras tanto, la ciudadanía de ambos países sigue atrapada entre versiones enfrentadas y la amenaza inminente de una guerra abierta. La mediación internacional podría ser clave en las próximas horas para evitar un nuevo desastre en la región.

Fuente: elDiario.es

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