El inicio de la zafra azucarera 2025-2026 en Villa Clara, previsto originalmente para el 14 de diciembre en el central «Quintín Bandera» de Corralillo, ha sido pospuesto debido a la persistente “situación energética” y la escasez de recursos necesarios para garantizar la preparación de la planta, según reportó la emisora oficialista CMHW.

De acuerdo con la información difundida por la emisora, la nueva fecha de inicio para la molienda en el «Quintín Bandera» será el 26 de diciembre, mientras que el central «Héctor Rodríguez» comenzará a operar hacia finales de la primera decena de enero de 2026.

Onel Pérez González, director del central «Quintín Bandera», explicó a CMHW que el retraso se debe fundamentalmente a “la actual situación energética y carencia de algunos recursos imprescindibles” para completar los trabajos de alistamiento industrial. Pérez González añadió que, a pesar de los esfuerzos del colectivo de trabajadores, las condiciones del sector permanecen complicadas y la sostenibilidad de la industria azucarera a largo plazo continúa siendo incierta.

El desempeño de la zafra en los 78 días previstos será clave no solo para el abastecimiento de azúcar en la canasta básica normada, sino también como indicador del estado de la industria en la provincia. La planta busca producir más de 11.000 toneladas de azúcar, meta que podría verse afectada por la falta de suministros y problemas estructurales que arrastra el sector desde hace años.

Villa Clara históricamente representa alrededor del 10 % de la producción de azúcar en Cuba. Hace décadas contaba con más de una docena de centrales, pero tras las reducciones impulsadas durante la gestión de Fidel Castro, actualmente solo dos ingenios están en operación, mientras que otro se dedica exclusivamente a la refinación. La obsolescencia de los equipos, la falta de inversión, la escasez de personal calificado y las ineficiencias administrativas han contribuido a un panorama crítico para esta industria emblemática del país.

Las autoridades azucareras destacan que la zafra 2025-2026 servirá también como un “termómetro” para evaluar la capacidad de Cuba de mantener y reactivar su industria azucarera, afectada por años de descuido y limitaciones estructurales. Los retrasos energéticos y logísticos representan un desafío adicional en un contexto donde asegurar el suministro de azúcar para la población sigue siendo prioritario para la planificación estatal.

Mientras tanto, los trabajadores de los centrales afectados se preparan para iniciar la molienda tan pronto se resuelvan los problemas de energía y se completen los alistamientos necesarios. La situación refleja la fragilidad de un sector histórico que ha visto disminuir su producción y su capacidad de respuesta ante la creciente demanda interna y los compromisos de suministro de la canasta básica.

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