Un accidente que pudo haber sido fatal volvió a encender la alerta sobre el mal estado de las calles en La Habana. Este viernes 3 de octubre, al amanecer, una rastra con contenedor volcó tras chocar con una guagua de la ruta P-7 en la entrada de San Francisco de Paula, municipio San Miguel del Padrón.

Afortunadamente, no se reportaron víctimas ni heridos, pero el incidente generó alarma entre vecinos y pasajeros.

La zona donde ocurrió el accidente es conocida por ser peligrosa. Conductores habituales y vecinos han denunciado durante años que la vía es estrecha, carece de iluminación y no tiene señalizaciones adecuadas.

A pocos metros se encuentran los llamados “huecos de la Carretera Central”, baches profundos que representan un riesgo constante para cualquier vehículo que transite por el tramo. La combinación de calles en mal estado, tráfico pesado y oscuridad hace que cada viaje pueda convertirse en un accidente.

Usuarios de redes sociales no tardaron en expresar su indignación. Comentarios como “mientras no arreglen estas calles, seguirán ocurriendo accidentes” reflejan la percepción generalizada de inseguridad entre quienes dependen de esta carretera. Otro conductor señaló que el tramo es “incómodo y peligroso, con cunetas profundas que dificultan la circulación y aumentan la probabilidad de vuelcos”.

El caso reabre el debate sobre la infraestructura vial en Cuba. Las calles deterioradas, la falta de señalización y la poca iluminación son factores que contribuyen a que los accidentes de tránsito sigan siendo una de las principales causas de lesiones y muertes cada año.

Los siniestros en la entrada de San Francisco de Paula no son hechos aislados, sino parte de un patrón recurrente que exige atención urgente de las autoridades.

El accidente también sirve como advertencia sobre la necesidad de priorizar la seguridad vial. Vecinos y conductores esperan que se implementen medidas rápidas: reparación de los baches, señalización adecuada y alumbrado nocturno.

Mientras tanto, la volcadura en San Miguel del Padrón queda como un recordatorio de que la prevención vial no puede seguir postergándose.

Fuente: La Tijera

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