El popular programa cubano Vivir del Cuento, conocido por su humor crítico a través del personaje de Pánfilo, interpretado por Luis Silva, atraviesa una pausa indefinida. La falta de presupuesto y presiones internas parecen ser las principales causas, según lo han confirmado fuentes cercanas al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).

Luis Silva recientemente anunció en redes sociales que no hay buenas noticias sobre la grabación de nuevos episodios, lo que ha preocupado a los seguidores del programa. A pesar de tener varios guiones listos para filmar, la producción decidió posponer indefinidamente el rodaje, sin fecha prevista de reanudación.

Aunque la escasez de recursos es uno de los principales obstáculos, fuentes señalan que la censura también ha influido en la paralización del proyecto. Durante las últimas temporadas, varios episodios generaron controversia por sus críticas a la realidad económica y social del país, lo que habría causado incomodidad dentro de algunas instituciones.

El ICRT ha tenido que reorganizar la producción televisiva debido a las dificultades económicas, optando por reducir temporadas o suspender programas que requieren más recursos. Incluso la reciente autorización de publicidad en medios oficiales no ha logrado atraer inversión suficiente para proyectos como Vivir del Cuento, ya que los negocios privados consideran las tarifas publicitarias demasiado altas.

La situación sugiere que el regreso del programa este año es poco probable, lo que algunos interpretan como un intento de las autoridades de desplazar un espacio que, aunque inicialmente tolerado, se ha vuelto una de las voces más críticas en la televisión cubana.

Luis Silva ha dejado entrever el difícil panorama en sus declaraciones: «No esperen buenas noticias». Su mensaje refleja la incertidumbre sobre el futuro de un programa que se ha ganado un lugar en los hogares cubanos gracias a su estilo irreverente y cercano a la realidad cotidiana.

Los fanáticos del programa temen que esta pausa sea un paso hacia su cancelación definitiva, dejando un vacío en la oferta televisiva de entretenimiento que difícilmente otros espacios podrán llenar.

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