Vecinos del Hotel Saratoga confiesan que todavía tienen pesadillas y sobresaltos a causa de la explosión

Redacción de CubitaNOW ~ martes 14 de junio de 2022

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Vecinos del Hotel Saratoga, destruido por la fuerte explosión del pasado 6 de mayo, confiesan que todavía sufren el impacto sicológico del momento.

“Los vecinos que resultaron ilesos todavía tienen pesadillas y se sobresaltan con facilidad”, dice un reporte de la agencia de noticias AP este martes. El suceso provocó 46 muertes, casi un centenar de heridos y varios edificios afectados.

“Mi casa queda pared con pared con el Hotel Saratoga”, contó a AP Onaylis Suárez, una maestra de 29 años y esposa del pastor David González, quien administra el Templo Bautista El Calvario, que sufrió múltiples afectaciones. Los miembros de la congregación religiosa quedaron sin sede a causa del incidente, vinculado por las autoridades a una fuga de gas.

“El piso se estremeció. Me quedé paralizada por tres segundos y la ventana del cuarto se abrió y salió disparada a la calle por la onda expansiva... En mi mente pasaron muchas cosas, pensé que la iglesia se estaba cayendo, pensé que era una bomba. Lo que sentí es que tenía que huir”, recordó la esposa del líder religioso.

Desde el día de los sucesos, ella vive con sus padres. La explosión dañó severamente tres edificios residenciales colindantes y unas 22 familias debieron ser albergadas en un complejo del este de La Habana; el resto prefirió trasladarse a las casas de sus familiares.

Actualmente, los integrantes del templo se reúnen los domingos en el Anfiteatro de La Habana Vieja, un espacio que el Estado les otorgó para sus actividades después de que el edificio patrimonial de finales del siglo XIX fuese perjudicado.

Además de la iglesia y los tres edificios multifamiliares, resultaron afectados el Teatro Martí, una escuela primaria cercana y la sede de la asociación yoruba. “Todos los criterios son esperanzadores en cuanto a que se podrá restaurar” el templo, aseguró el pastor González.

“Va a haber una parte importante que hay que demoler, quizá las columnas afectadas, las casas (viviendas contiguas de la propia congregación), pero en general la estructura parece que pude salvarse... será un proceso largo”, agregó.

Entre las víctimas fatales del incidente, se contaron una mujer embarazada, cuatro menores de edad y una turista española que pasaba entonces por el lugar. El edificio tenía en su interior a medio centenar de trabajadores, quienes preparaban el inmueble para su reapertura al turismo, prevista el 10 de mayo.

Los reportes preliminares indicaron que la explosión fue causada por un escape de gas licuado mientras un camión pipa abastecía el hotel con el combustible, en los preparativos del reinicio de operaciones. De inmediato, descartaron vínculos con hechos intencionales o actos terroristas.

Los niños de la escuela primaria colindante “Concepción Arenal”, regresaron a clases a tres días de la explosión en otros centros docentes de La Habana. Las autoridades locales aclararon que contaría con asistencia especializada adonde asistieran. Cuatro psicólogos y cuatro psicopedagogos estarían permanentemente en las escuelas.

“Se fue la luz y entró una ventolera, con mucha arenilla, con piedras qué se yo. Y lo que me dio fue por gritarle a mi hijo que estaba en el piso de arriba: ¡Baja Carlos, baja! Aunque sé que le falta una pierna. Después sentí la bulla en la calle”, evocó una anciana de 84 años sobre el día de los lamentables hechos.


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