En medio de la compleja situación sanitaria en Cuba, un niño enfrenta una batalla diaria por su salud. Con diagnóstico de citomegalovirus, alergia crónica y parálisis cerebral, necesita un conjunto de medicamentos esenciales para fortalecer su sistema inmunológico y mejorar su calidad de vida.

Su mamá comparte su preocupación: con tantos virus circulando actualmente en el país, la salud de su hijo está en riesgo, y cada día sin acceso a los tratamientos adecuados representa un peligro real.

Entre los medicamentos y suplementos necesarios se encuentran Inmunoferon, vitaminas C, D, E y B12, ácido fólico, zinc, selenio, ceterizina y acetaminofén. Además, el multivitamínico Centrum podría contribuir a reforzar sus defensas.

Sin estos productos, su sistema inmunológico se mantiene vulnerable y las complicaciones derivadas de su condición podrían agravarse.

Desde Miami y otras partes del mundo, familiares, amigos y personas solidarias buscan la manera de ayudar. La idea no es solo enviar medicamentos, sino generar conciencia sobre la situación crítica de niños cubanos que requieren cuidados médicos especializados y acceso a recursos que no siempre están disponibles en la Isla.

Cada acción, por pequeña que parezca, puede marcar la diferencia: desde conseguir un medicamento hasta compartir esta información para llegar a alguien que pueda ayudar directamente.

Este llamado es un recordatorio de la importancia de la solidaridad en tiempos difíciles. Un niño no debería luchar solo por sobrevivir, y la comunidad global tiene la oportunidad de tenderle la mano. Por eso, pedimos a quienes puedan aportar apoyo, medicamentos o información sobre cómo conseguirlos dentro de Cuba que se unan a esta causa.

Juntos podemos transformar la preocupación en acción y brindar esperanza a este pequeño y su familia. Cada gesto cuenta, cada mensaje compartido puede acercarlo a los tratamientos que necesita. La solidaridad no conoce fronteras y hoy más que nunca, un niño cubano necesita que todos nos unamos para proteger su salud y su vida.

Fuente: Mario Pentón

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