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Ulises Toirac desenmascara al Parlamento cubano: “El miedo a disentir está criminalizado”

Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 16 de julio de 2025

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El reconocido humorista cubano Ulises Toirac ha vuelto a levantar su voz en defensa del pensamiento libre, esta vez con una aguda crítica dirigida a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

En una publicación realizada en su perfil de Facebook, Toirac denunció con firmeza lo que considera una parodia de representación ciudadana, en la que los diputados “aplauden aberraciones” y evitan el más mínimo gesto de disenso por temor a ser criminalizados.

La falta de debate real, la complacencia absoluta y el automatismo en las decisiones políticas fueron los ejes de su señalamiento.

Según Toirac, lo que predomina en el Parlamento cubano no es el diálogo ni la discusión honesta, sino una estructura que premia la sumisión y castiga la diferencia. “Cada pata que se ha metido lleva la aprobación y el aplauso de ‘nuestros representantes’. El miedo a disentir, a oponerse, a incomodar… está criminalizado”, escribió. En sus palabras hay una advertencia clara: no se puede representar al pueblo si se silencia la crítica y se impide la confrontación de ideas.

“Se dio a discutir una aberración enfocada aberrantemente y todo fluyó suave como la brisa. Nadie siquiera se paró indignado y salió dando un portazo.” La frase resume con contundencia lo que, para el artista, es una institucionalización del conformismo. Aunque no mencionó directamente nombres, su referencia a una reciente intervención de la exministra Marta Elena Feitó Cabrera fue evidente. Feitó había negado públicamente la existencia de personas mendigando en Cuba, lo cual desató fuertes reacciones en la sociedad civil.

Toirac respondió con un gesto de denuncia simbólica al escribir en redes sociales: “Tendremos ropa que no es de mendigos y manos que no son de mendigos, pero de nuestro sudor no vivimos la mayoría.”

Esa declaración dio paso al uso del hashtag #YoSoyMendigo, que se ha convertido en un signo colectivo de protesta contra el empobrecimiento generalizado y el ocultamiento oficial de la miseria en la Isla.

Más allá de la coyuntura, Toirac sostiene de forma reiterada que el modelo político y económico cubano arrastra una “malformación congénita”, y que el colapso actual no es más que la consecuencia de décadas de decisiones erradas y de una desconexión profunda entre las estructuras de poder y las necesidades reales del pueblo.

“El enemigo es la realidad”, sentenció, aludiendo a la incapacidad del sistema para reconocer sus propios fracasos.

Sus críticas, lejos de ser un exabrupto aislado, forman parte de una oleada creciente de voces que, desde dentro de la Isla, exigen representatividad auténtica, pluralismo político y respeto al derecho a disentir sin represalias.






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