Las autoridades ucranianas anunciaron este martes un nuevo ataque contra el estratégico puente que conecta Rusia con la península de Crimea, utilizando esta vez explosivos colocados bajo el agua. El ataque, confirmado por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), sería el tercero desde el inicio de la invasión rusa a gran escala en 2022.

Según detalló el SBU en su canal de Telegram, la operación consistió en minar los pilares submarinos del llamado Puente de Crimea o Puente Kerch, con 1100 kilogramos de explosivos. La detonación ocurrió a las 4:44 a.m. y habría causado daños considerables a la estructura. La operación fue descrita como resultado de varios meses de planificación y ejecución sigilosa.

Las autoridades rusas no han emitido aún una respuesta oficial, aunque el operador del puente anunció en Telegram que el tráfico fue suspendido temporalmente. También se restringió la navegación marítima cerca de Sebastopol, en la costa de Crimea, según informaron medios estatales rusos.

El jefe del SBU, Vasyl Maliuk, declaró que el ataque forma parte de una estrategia continua para debilitar la logística militar rusa. "Este puente es un objetivo legítimo, porque es clave para el abastecimiento de las tropas que ocupan territorio ucraniano", afirmó. Añadió que esta acción marca la tercera ofensiva ucraniana contra el puente, tras los incidentes de 2022 y 2023.

En el primer ataque, en octubre de 2022, un camión explotó sobre el puente, generando incendios y derrumbes parciales. En julio de 2023, Ucrania utilizó drones marinos para golpear una sección del puente, lo que obligó a realizar reparaciones de emergencia por parte de las autoridades rusas.

Maliuk subrayó que el SBU no repite métodos y que la operación actual marca un nuevo tipo de ofensiva: “Dios ama la Trinidad. Esta fue la tercera vez, pero con una técnica distinta y precisa. Siempre vamos hasta el final”, dijo.

El ataque ocurre días después de una ofensiva ucraniana con drones contra bases aéreas rusas, en la que, según el SBU, se habrían destruido hasta un tercio de los bombarderos estratégicos de Moscú. Estos aviones son utilizados para lanzar misiles de largo alcance sobre ciudades ucranianas.

Además de su valor militar, el Puente de Crimea tiene una fuerte carga simbólica para el Kremlin. Fue construido tras la anexión de Crimea en 2014 y su inauguración en 2018 por el propio Vladimir Putin fue presentada como un triunfo de la integración territorial. El puente, que costó alrededor de 3.700 millones de dólares, es una arteria logística vital para las operaciones rusas en el sur de Ucrania.

Por el momento, no se han confirmado víctimas ni se ha ofrecido una evaluación independiente del daño estructural. La comunidad internacional sigue con atención los eventos, en un momento en que la guerra parece intensificar su dimensión tecnológica y estratégica.

(Con información de CNN)

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