Una muestra más del extricto control que la dictadura ejerce sobre la sociedad cubana fue la reciente ofensiva contra los trabajadores por cuenta propia en Matanzas. La creciente presión que enfrenta el sector privado en Cuba crece por día. El operativo masivo, que resultó en multas por más de 5 millones de pesos cubanos evidencia no solo el endurecimiento de las medidas de control, sino también la complicada situación económica del país.

Más de 13 mil inspecciones realizadas por entidades como la ONAT y el Ministerio de Transporte resultaron en 2 mil multas que afectaron gravemente a los emprendedores locales.

Deudas tributarias acumuladas de casi 7 millones de pesos, de las cuales solo se logró recuperar 3 millones, destacaron como una de las principales preocupaciones. Enfocado en regular precios de productos básicos, se impusieron 262 multas que totalizan 1.1 millones de pesos, aunque estas medidas no resuelven la inflación ni el desabastecimiento.

Además de las sanciones económicas, el gobierno actuó contra 50 personas relacionadas con delitos e ilegalidades, sumando presión al sector privado.

El endurecimiento de las inspecciones y multas representan un obstáculo significativo para los trabajadores privados, quienes ya enfrentan desafíos como la inflación descontrolada, la escasez de insumos y la competencia desigual.

El operativo en Matanzas deja entrever la lucha de los cuentapropistas por sobrevivir en un entorno cada vez más hostil, mientras el gobierno sigue justificando estas acciones como necesarias para combatir las "ilegalidades". Sin embargo, la comunidad emprendedora y observadores internacionales coinciden en que estas políticas solo limitan el desarrollo del sector privado, crucial para dinamizar la economía cubana.

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