Durante una reunión de gabinete celebrada el martes al mediodía en Washington, el presidente Donald Trump fue grabado aparentemente luchando contra el sueño, en una escena que contradijo su propio discurso sobre su estado de salud minutos antes.

Trump abrió la reunión con una de sus bromas habituales sobre “Sleepy Joe” Biden y aseguró estar “más agudo que hace 25 años”. También criticó la cobertura del New York Times, que recientemente publicó un reportaje donde se cuestionaba su resistencia física y su ritmo de trabajo durante este segundo mandato. “Ustedes están locos”, dijo a los periodistas mientras defendía su estado de salud.

Sin embargo, lo que ocurrió después dio pie a comentarios y cuestionamientos. A los pocos minutos de iniciada la sesión, las cámaras captaron al presidente con signos de fatiga evidente: parpadeos prolongados, respiración pausada y momentos en los que sus párpados caían lentamente. Estas imágenes se suman a otros episodios recientes en los que Trump también fue grabado aparentemente cabeceando durante actos públicos.

Mientras distintos miembros del gabinete exponían, el comportamiento del presidente llamó más la atención. Cuando el secretario de Comercio, Howard Lutnick, lo elogiaba como “el mejor presidente de la historia”, Trump ya mostraba dificultades para mantener los ojos abiertos. Lo mismo ocurrió durante las intervenciones de Scott Turner (Vivienda) y Brooke Rollins (Agricultura), donde el mandatario permaneció largos segundos con los ojos cerrados y casi sin movimiento.

La situación se volvió más notoria durante las presentaciones del secretario del Tesoro, Scott Bessent, y la secretaria de Trabajo, Lori Chavez-DeRemer. Para ese momento, Trump parecía desconectarse por lapsos de 10 a 15 segundos antes de reaccionar levemente. Cuando el secretario de Estado, Marco Rubio, tomó la palabra, las cámaras enfocaron aún más de cerca y registraron al presidente sentado a su lado, con los ojos cerrados mientras Rubio hacía comentarios distendidos sobre los playoffs del fútbol americano universitario.

El episodio ha generado reacciones inmediatas entre analistas y opositores, quienes destacan la ironía de que Trump enfrente ahora las mismas críticas que durante años dirigió contra Joe Biden. La Casa Blanca, por su parte, ha restado importancia a las imágenes y asegura que el mandatario mantiene una agenda intensa y un nivel de actividad que “supera al de cualquier líder mundial”.

Aunque no es la primera vez que se observa al presidente en situaciones similares, este nuevo video ha alimentado el debate sobre su estado físico en un momento políticamente crucial. Para sus críticos, es evidencia de agotamiento acumulado; para sus aliados, un intento más de erosionar su imagen pública.

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