Randy Arozarena representó a México en el V Clásico Mundial de Béisbol. El cubano se robó el show en el evento.

Este lunes México perdió frente a Japón pero la actuación del outfielder, nacionalizado mexicano, fue lo mejor de la noche.

"Pocas veces hay más justicia poética en este mundo que la que trae consigo la historia que está escribiendo este muchacho. Pocas veces he disfrutado tanto del éxito casi hollywoodense de un pelotero cubano. Lo que está haciendo Randy Arozarena en los terrenos de este Clásico es un bofetón tras otro a quienes allá en la isla cárcel no se merecían ni su carisma ni su talento", escribió el periodista Ernesto Morales.

El pinareño, natural de Mantua, llegó a México 2016 en una embarcación pesquera. Poco a poco se fue insertando en las ligas locales hasta integra la Liga Mexicana de Béisbol con los Toros de Tijuana. El cubano, quien actualmente juega en Tampa Bay, Estados Unidos, se nacionalizó el año pasado para representar a México en el Clásico.

“Para mí representar a México es un orgullo porque cuando salí de Cuba ellos me recibieron con los brazos abiertos. Siempre dije que quería representar a México en un Clásico Mundial”, dijo en una entrevista para Excelsior.

“Véanme, soy otro mexicano y me siento así. Todos me han recibido bien y esta convivencia sólo se tiene en un equipo que va para cosas grandes”, agregó el cubano, quien tiene una hija en México.

La foto más viral:

Las redes explotaron este lunes en el partido contra Japón, pero hay una que se ha robado todas las miradas.

"Los mexicanos nacemos donde sea y uno nació en Cuba".

“Los mexicanos nacemos donde sea y uno nació en Cuba”

Un aficionado enseñó su apoyo a @RandyArozarena previo a la semifinal contra Japón, lo vio, los dos se emocionaron y lo firmó- el impacto del #WorldBaseballClassic pic.twitter.com/j7irBgbVZh

— Lizzy Becherano (@lizzy_becherano) March 20, 2023

"Los mexicanos nacemos donde nos da la gana!" es una icónica frase de la cantante Chavela Vargas, quien nació en San Joaquín de Flores, en Costa Rica.

La frase cobró vigencia durante en Clásico por la actuación de Santiago Giménez y Randy Arozarena.

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