En un discurso remoto desde la Casa Blanca al Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, el presidente Donald Trump hizo un llamado directo a las empresas internacionales para trasladar su producción a Estados Unidos, ofreciendo incentivos fiscales como "los impuestos más bajos en la Tierra". Trump también advirtió que aquellas compañías que opten por no hacerlo enfrentarán aranceles que podrían generar ingresos significativos para el Tesoro estadounidense.

“Si fabrican en Estados Unidos, tendrán beneficios fiscales sin precedentes. Pero si no lo hacen, deberán pagar aranceles que fortalecerán nuestra economía y nos ayudarán a reducir la deuda nacional”, declaró Trump.

En su intervención, realizada pocos días después de asumir la presidencia, Trump destacó el enfoque económico que pretende implementar, centrado en atraer inversiones y revitalizar la manufactura nacional. Además, mencionó una conversación reciente con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, en la que discutió inversiones sauditas en Estados Unidos por valor de 600,000 millones de dólares, con el objetivo de aumentar esa cifra a un billón de dólares.

El discurso también incluyó una crítica implícita a la Reserva Federal, con Trump exigiendo una reducción inmediata de las tasas de interés tanto en Estados Unidos como a nivel global. Aunque no mencionó directamente al organismo, dejó clara su intención de ejercer presión para que las tasas sean más bajas, alineándose con su política de impulsar el crecimiento económico interno.

El fundador del Foro de Davos, Klaus Schwab, destacó la relevancia de la agenda de Trump, señalando que había sido tema de debate central durante la cumbre. Schwab invitó al presidente a participar en persona en la próxima edición del evento, una muestra del interés global por las políticas de la nueva administración estadounidense.

Recomendado para ti