Un nuevo tiroteo masivo volvió a sacudir la frágil tranquilidad de Estados Unidos. Esta vez, el escenario fue la ciudad de Filadelfia, donde al menos trece personas resultaron víctimas de un ataque armado perpetrado durante la madrugada del lunes 7 de julio en el vecindario de Grays Ferry.

Según informaron las autoridades, el violento suceso tuvo lugar poco antes de la 1 a.m., cuando un grupo numeroso de personas se encontraba reunido en la vía pública. El ataque dejó un saldo trágico de tres personas muertas y diez más heridas, entre ellas tres menores de edad que fueron trasladados de urgencia a centros hospitalarios.

Las víctimas fatales fueron tres hombres jóvenes: uno de 19 años recibió un disparo en la cabeza, otro de 23 murió tras ser herido en el pecho, y un tercero de 24 perdió la vida tras múltiples impactos de bala en la espalda. El comisionado de la policía de Filadelfia, Kevin Bethel, describió la escena como devastadora y calificó el hecho como “un acto de total cobardía”, condenando la violencia desatada por sujetos que dispararon indiscriminadamente contra viviendas, autos y personas, sin reparar en que entre los presentes había niños.

Al menos cuarenta personas estaban en el lugar cuando comenzó el tiroteo, generando un caos inmediato y dejando a una comunidad paralizada por el miedo.

Las autoridades locales expresaron su profundo pesar por lo ocurrido y prometieron redoblar esfuerzos para garantizar la seguridad ciudadana.

Sin embargo, el tiroteo de Grays Ferry se suma a una larga lista de episodios similares registrados en Estados Unidos en lo que va del año, alimentando nuevamente el debate sobre la posesión de armas y la necesidad urgente de reformas legislativas en el país.

A medida que avanzan las investigaciones para identificar y capturar a los responsables, la ciudad intenta recomponerse de la tragedia, con vecinos organizando vigilias y memoriales improvisados en honor a las víctimas.

"No eran criminales, eran jóvenes con toda una vida por delante", declaró una residente con lágrimas en los ojos. "Esto no puede seguir pasando." En un país donde los tiroteos masivos se han vuelto demasiado frecuentes, cada tragedia deja cicatrices profundas y plantea preguntas que, hasta ahora, siguen sin respuesta.

Fuente: La kalle Philly y People en español

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