En un reciente comunicado, el Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL) de Cuba ha destacado su esfuerzo por respaldar la canasta familiar normada durante el verano. Sin embargo, este anuncio, como tantos otros provenientes de las autoridades cubanas, revela más problemas que soluciones.

Anayra Cabrera Martínez, directora general de Política Industrial del Minal, informó que trabajan para asegurar la mayoría de los productos durante julio. No obstante, admitió que algunos productos no estarán disponibles debido a la falta de materia prima, como la carne en conserva, que solo se producirá para el mes de agosto. Esta es una clara evidencia de la ineficacia del sistema para garantizar suministros básicos de manera constante.

La distribución de pollo, según Cabrera Martínez, se está destinando prioritariamente a niños y embarazadas, aunque sin contar con inventario suficiente para cubrir todo el país. Este enfoque discriminatorio evidencia las profundas carencias y la incapacidad del gobierno para abastecer a la población de manera equitativa.

Además, Idalmi Martínez Pérez, jefa de Ventas del Grupo Alimentario, mencionó la entrega de un módulo diferenciado para niños con bajo peso y talla. Este módulo incluye pastas alimenticias, galletas dulces, sorbetos y sirope. Aunque estos productos ya están en distribución, la realidad es que estas medidas son paliativos temporales que no resuelven los problemas estructurales del sistema alimentario cubano.

Claudia Sardiña Cuscó, directora de Ventas del Grupo Agroalimentario, aseguró la distribución de leche para niños hasta el 30 de julio y afirmó que se están tomando medidas para continuar en agosto. Sin embargo, estas promesas suelen quedarse en palabras, mientras las familias cubanas continúan enfrentando dificultades para acceder a productos básicos.

Este panorama desolador refleja la incapacidad del gobierno cubano para gestionar de manera eficiente la producción y distribución de alimentos. La falta de transparencia y las constantes excusas sobre la carencia de materias primas son solo una parte de un problema mayor: un sistema que no funciona y que deja a la población en una situación de inseguridad alimentaria crónica.

Es hora de que el gobierno cubano asuma su responsabilidad y tome medidas concretas para solucionar estas deficiencias en lugar de seguir prometiendo soluciones que nunca llegan. La población cubana merece un sistema alimentario justo, eficiente y transparente que garantice el acceso a los productos básicos de manera constante y equitativa.

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