En medio de elimiatrias mundialistas, la selección nacional de Cuba vivió algo de consuelo de ser la que más tiempo lleva sin asistir al máximo evento, luego de lograr su segundo triunfo en la Concacaf Friendly Series, tras vencer 2-0 a Martinica en el Estadio Cibao FC, en Santiago de los Caballeros, República Dominicana. 

Este triunfo es especialmente relevante porque refuerza el buen arranque del nuevo ciclo liderado por el técnico Pedro Pablo Pereira, quien asumió recientemente la dirección de la absoluta cubana. Bajo su mando, el equipo ha mostrado frescura y ambición: sumó cinco goles sin encajar en sus dos presentaciones iniciales. 

En lo personal, fue una jornada memorable para Alessio Raballo, que marcó su primer gol con la selección absoluta, inaugurando su cuenta goleadora con la mayor. Según reportes, su tanto llegó en la recta final de la primera parte, contribuyendo decisivamente al triunfo. El otro gol lo anotó Yasnier Matos, quien también celebró con la absoluta y redondeó una fecha FIFA positiva para él. 

Desde el punto de vista defensivo, Cuba mantuvo su portería en cero, un atributo que cobra gran valor en este tipo de competiciones amistosas, donde el entrenador puede experimentar sin comprometer el resultado. El equipo cerró sus primeras dos fechas con dos éxitos sin reveses, cinco goles a favor y ninguno en contra.

Este arranque no solo da motivos para ilusión, sino que también reafirma la apuesta de Pereira por una renovación. En su convocatoria combinó varias figuras jóvenes, muchas provenientes del equipo sub-20, signo de que busca cimentar una base joven para el futuro. 

En resumen, la victoria ante Martinica ilusiona en una nueva era para el fútbol cubano, con jóvenes emergiendo, un reciente técnico al mando y la ambición de construir un proyecto competitivo desde cero.

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