Lo que debía ser una jornada tranquila terminó convirtiéndose en un momento de angustia y miedo para Seidy La Niña. La cantante cubana compartió en sus redes sociales un video donde se aprecia a un hombre siguiéndola por las calles de Dubái, una ciudad que hasta ahora consideraba uno de los lugares más seguros del mundo.

“Si algo me pasa, tienen este video de evidencia. Nunca sentí miedo aquí, excepto hoy”, escribió la artista junto a la publicación, dejando claro que no se trataba de una exageración ni de una broma. Según explicó, el individuo comenzó a seguirla después de que coincidieran en una tienda, y la situación se prolongó por más de dos horas de tensión.

En las imágenes, el sujeto aparece observándola de manera insistente mientras ella sale de una cafetería. Cuando Seidy decidió marcharse, el hombre empezó a caminar tras ella, lo que la obligó a desviarse de su ruta habitual y buscar ayuda.

Durante una transmisión en vivo posterior, la intérprete relató que se adentró por calles desconocidas hasta encontrar un punto con señal de wifi para pedir un Uber. “Me metí en una calle cercana y encontré un sitio con wifi. Desde ahí pedí un carro, porque el tipo no se despegaba”, contó visiblemente alterada.

El conductor que acudió a recogerla le advirtió que esa zona “cambia por completo al caer la noche”, explicándole que en el día hay vendedores de joyas, pero en la noche “venden otras cosas”, una frase que Seidy interpretó como una referencia al tráfico de mujeres, lo cual la dejó profundamente impactada.

Las redes sociales se volcaron en apoyo a la artista, enviándole mensajes de aliento y consejos sobre cómo proceder ante las autoridades. “Se te nota el miedo en la voz. Que Dios te cuide y proteja, Seidy. Uno viaja para relajarse, no para pasar un susto así”, escribió una seguidora.

Más tarde, la intérprete compartió un mensaje más reflexivo:

“En Dubái siempre me he sentido muy segura, la seguridad aquí es impresionante, pero esto que me pasó le puede suceder a cualquiera. ¿Cómo se llama eso para ti? Para mí, se llama acoso”.

El episodio ha abierto un debate entre sus seguidores sobre la falsa sensación de seguridad que transmiten algunos destinos turísticos y el riesgo constante que enfrentan las mujeres, incluso en lugares considerados de lujo.

Con su tono directo y sin victimismo, Seidy La Niña logró visibilizar una realidad universal: el acoso no conoce fronteras. Una mirada insistente o una sombra detrás pueden convertir un paseo en una pesadilla, incluso en los lugares donde “nada malo debería pasar”.

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