Un nuevo accidente vial volvió a sacudir las redes sociales cubanas este martes, cuando una rastra cargada con un contenedor de cerveza se volcó en las inmediaciones de la cafetería El Foco, en la localidad de Mantilla, municipio de Arroyo Naranjo, provincia de La Habana.

La información fue difundida por el comunicador Alexander Ríos Cruz, quien compartió imágenes y testimonios del suceso en su perfil de Facebook.

El incidente, según vecinos del lugar generó una gran aglomeración de personas, atraídas tanto por la magnitud del accidente como por la mercancía derramada.

Aunque no se han reportado víctimas mortales, se habla de algunas pérdidas materiales.

“Se viró una rastra con un contenedor con cerveza al lado de la cafetería El Foco”, escribió Ríos Cruz, describiendo un hecho que, lamentablemente, no es aislado. En los últimos meses, varios accidentes similares se han registrado en distintas provincias del país, evidenciando el deterioro del parque automotor, la falta de mantenimiento técnico y el precario estado de las carreteras.

De acuerdo con reportes de prensa independiente, solo en lo que va de año se han registrado decenas de accidentes de camiones y rastras en todo el país, muchos de ellos vinculados al transporte de productos alimenticios y bebidas.

En provincias como Santiago de Cuba, Villa Clara y Matanzas, se han reportado vuelcos de vehículos pesados, algunos con consecuencias fatales.

Especialistas del tránsito han señalado que el mal estado de los neumáticos, la falta de piezas de repuesto y la sobrecarga de los vehículos son factores determinantes en este tipo de siniestros.

A esto se suma la escasez de combustible y lubricantes, que obliga a los choferes a utilizar recursos inadecuados o a circular con motores en malas condiciones.

El accidente de Mantilla se suma a una larga lista de hechos que exponen el colapso del sistema de transporte cubano, donde los vehículos estatales, civiles y de carga circulan en condiciones cada vez más precarias, poniendo en riesgo la vida de sus conductores y de la población.

Mientras tanto, las autoridades guardan silencio, y los cubanos vuelven a ver en las redes sociales el único espacio para denunciar la cruda realidad de las calles del país.

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