El municipio de Camajuaní, en la provincia de Villa Clara, registra esta mañana un grave siniestro tras la detonación y posterior incendio en el barrio Santa Teresa-Los Chivos.

Según medios independientes, la causa pudo haber sido una explosión en una nave de trabajo o almacén de pirotecnia, lo que desató el fuego que afectó siete viviendas colindantes.

El incendio fue catalogado como “de grandes proporciones” y movilizó a los cuerpos de bomberos, los cuales ya han informado que el fuego está controlado, sin que hasta el momento se reporten fallecidos ni lesiones graves.

A pesar de ello, se informó que dos de las viviendas afectadas quedaron prácticamente sin enseres, y que las autoridades han iniciado labores de enfriamiento, remoción de escombros y asegurar la zona para evitar nuevos colapsos o detonaciones.

Sobre el origen del incendio, aún no hay confirmación oficial de la causa, aunque se investiga la hipótesis de pirotecnia almacenada de manera insegura en la nave de trabajo vinculada a las tradicionales fiestas de las parradas en Camajuaní.

Este nuevo siniestro vuelve a poner en evidencia la negligencia institucional y el deterioro estructural que atraviesan todos los niveles de la sociedad cubana.

La falta de mantenimiento, la precariedad de las infraestructuras, el almacenamiento inseguro de materiales inflamables y la ausencia de controles efectivos son el reflejo de un sistema donde la improvisación sustituye a la prevención.

Tragedias como la de Camajuaní no son simples accidentes: son el resultado de años de desidia, corrupción y abandono estatal, en un país donde la seguridad ciudadana se ha vuelto un lujo y la responsabilidad oficial, una excepción.

Seguiremos atentos a nuevas declaraciones oficiales y a la evolución del estado de las familias afectadas.

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