Los habitantes de una vivienda en el municipio de Urbano Noris, Holguín vivieron momentos de tensión cuando tres ladrones entraron a robar y los dejaron atados para cometer sus fechorías. El hecho ocurrió en horas de la madrugada en la calle 14 de la mencionada localidad, según el perfil de Facebook "Cazador-Cazado" asociado al Ministerio del Interior (MININT). Los delincuentes, armados con armas blancas, amenazaron a los residentes y se llevaron más de 19 mil pesos, teléfonos celulares, prendas de vestir, una cadena de oro, un televisor y una moto particular ETZ. Dos de los presuntos ladrones fueron detenidos gracias a la colaboración ciudadana, mientras que el tercero sigue siendo buscado. Sin embargo, algunos internautas han expresado dudas sobre la identidad de uno de los sospechosos, pidiendo esperar la confirmación oficial de los hechos. Este incidente es una muestra más de la creciente desconfianza en la eficacia de la policía cubana, criticada por su pasividad ante actos de delincuencia y asesinato.

Un mes antes, en San Germán, en el propio Urbano Noris, una familia vivió momentos de tensión durante un violento asalto que derivó en una hora de secuestro. Tres individuos fuertemente armados irrumpieron en la vivienda, sometiendo a sus habitantes (una mujer, su esposo y un menor de edad) a una hora de angustia y miedo. Los malhechores amordazaron a las víctimas y robaron una motocicleta MZ, una cadena de oro, aretes y varios electrodomésticos.

Estos actos de violencia sin resolver se unen a la ineficiencia mostrada ante desapariciones de varias personas como la pequeña de tres años Lali Paola, perdida desde febrero de 2024, cuya madre fue encontrada muerta con signos de violencia o al ataque de Yidania Santos, una mujer de 42 años violentada a machetazos por su expareja, quien sigue libre y amenaza a la familia. La inacción policial y la falta de protección adecuada resaltan la vulnerabilidad de las víctimas de violencia en Cuba.

Estos ejemplos reflejan una realidad compleja y desafiante en Cuba, donde la falta de recursos, la ineficiencia gubernamental y la creciente delincuencia afectan profundamente la vida diaria de los ciudadanos. La desconfianza en las instituciones y la desesperación ante las deficiencias del sistema son síntomas de un país que enfrenta serios desafíos en la gestión de servicios esenciales y la seguridad ciudadana.

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