Muchos aficionados, peloteros y especialistas en general lamentan hoy la partida de uno de los grandes grandes del béisbol cubano... ¡Armando Capiró!

Cuando se hace la pregunta del mejor equipo cubano de todos los tiempos y no sólo de Series Nacionales, el nombre de Capiró resuena con fuerza en el jardín izquierdo: su potente brazo que frenaba al corredor más veloz, su fuerza al bate que lo ha colocado entre los históricos sluggers cubanos, su oportunidad con compañeros sobre bases.

Hoy Cuba llora su pérdida a los 77 años. El "Cápiro" deja una huella indeleble: aquellos enormes batazos a pitchers estelarísimos aún vienen a la mente de los que tuvieron el privilegio de vivirlos.

Modesto Verdura, Manuel Alarcón y Aquino Abreu fueron,entre otros estelares de box, víctimas de sus jonrones que enaltecían las grada . Se convirtió el capitalino en el primer bateador en alcanzar 20 cuadrangulares en una temporada y primero en superar los 100 en su carrera, logros que hablan de su capacidad innata y de la pasión con la que defendió los colores de su equipo.

Su estilo elegante y su picardía en el juego lo hicieron inolvidable, y su capacidad para desafiar a los rivales con movimientos inteligentes en las bases y en el campo lo convirtió en un pelotero querido y respetado a lo ancho y largo de la Isla; no sólo en la capital.

En 14 series, el número 9 habanero compiló .298 de average con 162 jonrones y 677 compañeros traídos para home. Terminó su carrera con un slugging de .492, un OBP de .384 y un OPS de .876.

Lamentablemente debió jugar más pero eso no lo priva de lo que nos dio en el tiempo que pudo defender su amado jardín izquierdo tanto de sus amados Industriales como el del equipo de todos, el CUBA.

Capiró era un hombre humilde, nacido en Santiago de Las Vegas, huérfano de madre y marcado por la pobreza, pero con un profundo sentido del honor y la dignidad. Su figura creció con el paso del tiempo, eclipsando los obstáculos que enfrentó y consolidándolo como un referente del béisbol nacional.

Para quienes lo conocieron, su paso por el terreno de juego era un espectáculo de destreza y elegancia, una combinación que pocos han logrado igualar.

Hoy, los aficionados recuerdan a Armando Capiró no solo por sus estadísticas, sino por la alegría que brindó y el sueño que representó para miles de jóvenes cubanos. Su nombre quedará grabado para siempre en la historia del béisbol de la Isla y su memoria será un recordatorio de talento, esfuerzo y pasión por el deporte.

¡Que descanse en paz, gigante de nuestro béisbol, Armando Capiró!

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