El respaldo de los estadounidenses a la capacidad de Donald Trump para conducir la economía del país ha disminuido significativamente desde su regreso a la Casa Blanca, según revelan varias encuestas recientes. A pesar de haber ganado las elecciones de 2024 con un fuerte discurso sobre control de la inflación y recuperación económica, las cifras actuales reflejan una percepción pública cada vez más crítica.

Una encuesta conjunta de Reuters e Ipsos publicada esta semana indica que solo el 37% de los estadounidenses aprueba cómo Trump está manejando la economía, el nivel más bajo desde su primer mandato. En tanto, un sondeo separado del Pew Research Center encontró que únicamente el 45% de los adultos en EE.UU. confían en que el presidente tomará decisiones económicas acertadas, una caída de 14 puntos porcentuales respecto a noviembre pasado, cuando el 59% expresó confianza en su capacidad para dirigir la economía.

Estas cifras se suman a los resultados de una encuesta de CNBC publicada días atrás, que también registró mínimos históricos en la aprobación del manejo económico de Trump, con apenas el 43% de apoyo.

Parte del desencanto parece estar ligado a las medidas económicas que ha priorizado desde que asumió el cargo. En lugar de enfocarse en los recortes fiscales y la desregulación prometida durante su campaña, Trump ha impulsado una política comercial marcada por la imposición, suspensión y reimposición de aranceles. Esta estrategia ha generado incertidumbre tanto entre consumidores como entre inversores, afectando negativamente al mercado de valores.

Según la encuesta del Pew Research Center, un 59% de los encuestados desaprueba los amplios aranceles impuestos por el mandatario sobre productos importados. La percepción general es que estas medidas han provocado más tensiones comerciales que beneficios económicos tangibles.

El panorama se complica más al observar los índices generales de aprobación de Trump. La misma encuesta de Reuters/Ipsos muestra que solo el 42% de los ciudadanos aprueba su gestión presidencial, una caída respecto al 47% registrado en los días previos a su toma de posesión. En paralelo, el sondeo de Pew marca una aprobación general aún más baja, del 40%, lo que representa una caída de siete puntos respecto a febrero.

A pesar de la caída generalizada, la división partidista sigue siendo un factor determinante. Mientras el 80% de los republicanos mantiene algún grado de confianza en las decisiones económicas del presidente, apenas el 11% de los demócratas comparte esa percepción, lo que subraya la fuerte polarización que sigue marcando la política estadounidense.

Fuente: CNBC

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