El economista Pedro Monreal opinó este lunes sobre la iniciativa del régimen de La Habana y otros países afines de América Latina para acabar con la inflación en la región.

"El problema de los precios de los alimentos en Cuba no se limita a su alto crecimiento. También tienen un nivel desproporcionado respecto a los ingresos del trabajo y están deformados por redes comerciales estatales o asociadas al Estado que fijan precios desmedidos", señaló en Twitter.

"La producción agropecuaria nacional, con muy alto peso privado, sufre el efecto múltiple de baja inversión, enfoques burocráticos de gestión, incremento del precio de insumos importados (algunos han estado disminuyendo recientemente), bajos rendimientos y baja productividad".

"Los problemas productivos del agro cubano, unidos a enfoques de comercialización poco efectivos, reducen la capacidad de oferta y también mantienen alto el costo, influyendo en una 'normalidad' de precios elevados y multiplicando el efecto de la inflación 'importada'".

"Parte de la red estatal comercial 'física' vende en moneda nacional con distintos tipos de precios, incluyendo subsidiados. Otra parte no vende en pesos cubanos y a precios relativamente altos. Una red oligopólica asociada al Estado, vende 'en línea' a precios abusivos", señaló en referencia a las tiendas en MLC (Monedas Libremente Convertible)".

"No existen datos oficiales sobre pobreza y desigualdad, pero con la información de que más de un millón de trabajadores gana menos que el salario medio, es plausible asumir que la inflación ha tenido un gran impacto negativo en la pobreza y en la desigualdad en Cuba", apuntó Pedro Monreal en otro análisis sobre la contracción del 22% en las ventas reales de bienes y servicios en pesos cubanos entre enero de 2021 y septiembre de 2022.

"Es una crisis grave del consumo familiar, un lastre para el crecimiento económico, y un ingrediente de desigualdad y pobreza", aseguró.

"A la espera de detalles, el anunciado 'esfuerzo' para moderar la inflación parecería concentrarse en el plano comercial. No queda claro cómo se gestionaría una eventual convergencia de reducciones de precios en un contexto de divergencia de tendencias de tasas de cambio", dijo en referencia a la iniciativa entre México, Argentina, Brasil, Cuba y otros países de la región.

"Los tres principales exportadores latinoamericanos involucrados en el proceso tiene notables divergencias en las dinámicas de sus monedas nacionales. El peso mexicano fuerte y el real brasileño relativamente estable coexisten con un peso argentino en picada.

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