El Tribunal Municipal Popular de Santiago de Cuba sancionó con penas de 10 meses de privación de libertad a dos hombres, de 30 y 58 años, acusados de intentar sustraer cables del tendido eléctrico tras el paso del huracán Melisa, en un juicio catalogado como ejemplarizante, según informó la autoridad judicial local.

Los implicados fueron sorprendidos mientras intentaban apropiarse de 95 metros de cables eléctricos que habían caído debido a los fuertes vientos. Para ejecutar el hurto, portaban herramientas específicas para cortar los conductores. Sin embargo, un ciudadano alertó de inmediato a oficiales de la zona, quienes intervinieron antes de que se consumara el delito.

El tribunal determinó que los hechos constituyen hurto en grado de tentativa, tipificado en el Artículo 411.1 en relación con el precepto 13.1.3 del Código Penal, cuyo marco sancionador prevé entre seis meses y un año de privación de libertad. En el juicio, los magistrados consideraron que este tipo de conductas retrasa la recuperación de la comunidad tras desastres naturales, afectando directamente el bienestar de la población.

Además de la pena principal, los sancionados recibirán sanciones accesorias, que incluyen la prohibición de salida del país, la privación de ciertos derechos ciudadanos y el comiso de los instrumentos utilizados para cometer el delito. El proceso judicial se desarrolló cumpliendo todas las garantías procesales, en concordancia con la Constitución de la República de Cuba y la Ley del Proceso Penal, asegurando el respeto al debido proceso.

Durante el juicio, tanto los acusados como la Fiscalía manifestaron su conformidad con la sentencia, por lo que no podrán interponer recursos y se procederá a la ejecución inmediata de lo dispuesto por el tribunal.

Si bien los juicios ejemplarizantes buscan enviar un mensaje disuasorio a la sociedad y proteger el interés común, existe el riesgo de que la justicia se transforme en herramienta de intimidación más que en un mecanismo imparcial de reparación y equidad. Cuando la severidad de la sanción se determina principalmente por el deseo de dar un ejemplo, en lugar de evaluar objetivamente las circunstancias del delito y la responsabilidad individual, se corre el riesgo de desproporcionar la pena respecto al acto cometido.

Este enfoque puede generar desconfianza en el sistema judicial y afectar la percepción pública de la justicia como algo justo y equitativo. La verdadera justicia no solo castiga, sino que también busca rehabilitar y proteger los derechos fundamentales, equilibrando la necesidad de sancionar con el respeto a los principios legales y humanos. Transformar el castigo en un espectáculo ejemplarizante puede, en algunos casos, erosionar los mismos valores que pretende defender, convirtiéndose en un instrumento más de control que de justicia.

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