Sandro Castro, el nieto del dictador Fidel Castro, lo ha vuelto a hacer. En su afán de llamar la atención en redes sociales y demostrar su vida de lujos, ha publicado un video que no solo resulta una burla al pueblo cubano, sino que en esta ocasión arremete contra las mujeres en su día. Mientras el pueblo sobrevive entre apagones, escasez de alimentos y una crisis sin precedentes, Sandro disfruta de una vida de excesos, financiada con los recursos que su familia ha saqueado de Cuba durante más de seis décadas.

En el video en cuestión, Sandro aparece acostado en una cama, rodeado de tres mujeres jóvenes, mostrando su ostentosa vida de burgués mientras pronuncia palabras incoherentes y ofensivas. Su mensaje, en lugar de ser una felicitación, es una humillación a la mujer cubana, a quien reduce a calificativos degradantes:

"Buenas noches vampiresos y vampiras, estoy bajo la luz de la luna con tres mutantes que cayeron de la tierra que me están dando conectividad para hoy especialmente, internacionalmente dar mis felicitaciones a las mujeres, sí caballeros, a esos malditos animalitos, tarántulas, serpientes, lechuzas, ardillas, tóxicas, contentas y sádicas, feliz día internacional.”

Las palabras de Sandro no solo son una falta de respeto a las mujeres, sino que reflejan el desprecio absoluto de la élite castrista por el pueblo cubano. Mientras cientos de miles de mujeres en Cuba enfrentan el día a día con una lucha incansable para alimentar a sus hijos en medio de la escasez, mientras sufren apagones y sobreviven con salarios de miseria, él se da el lujo de ridiculizarlas desde la comodidad de su opulencia.

Este nuevo desplante de Sandro Castro es solo una muestra más de la desconexión total de la familia Castro con la realidad del país. Mientras él y su círculo disfrutan de fiestas, autos de lujo y viajes, las mujeres cubanas hacen colas interminables para conseguir un pedazo de pan o un litro de aceite.

El régimen que su abuelo impuso ha sumido a la mujer cubana en la pobreza extrema, forzándola a emigrar o incluso a prostituirse para sobrevivir. Miles de madres cubanas han tenido que despedirse de sus hijos cuando estos escapan en balsas hacia un futuro incierto. En este contexto, Sandro Castro, quien nunca ha trabajado un solo día de su vida, se siente con el derecho de burlarse de ellas.

Su actitud no es un hecho aislado. Representa a una casta privilegiada que se ha enriquecido a costa del sacrificio de los cubanos, mientras mantiene un país en ruinas. Sandro no es más que el reflejo de un sistema que ha permitido que los herederos del poder vivan como millonarios, mientras el pueblo se hunde en la miseria.

Como era de esperarse, ningún medio oficialista ha condenado la actitud de Sandro Castro. Ninguna figura del régimen se ha pronunciado en defensa de las mujeres cubanas que han sido insultadas. Mientras la Seguridad del Estado persigue y encarcela a opositores por expresarse en redes sociales, Sandro Castro tiene vía libre para denigrar al pueblo cubano sin consecuencias.

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