El polémico Sandro Castro, nieto favorito del fallecido dictador Fidel Castro, volvió a ser tendencia en las redes sociales tras la publicación de un nuevo video grabado en el Malecón habanero. Aunque a primera vista el material parece una sucesión de gestos absurdos y chistes incoherentes, lo cierto es que, como en otras ocasiones, Sandro deja entre líneas un mensaje cargado de crítica social y política.

En la grabación, Sandro aparece con una mano de goma a la que llama “Magnolia”, objeto que utiliza como recurso para improvisar situaciones de humor grotesco.

En medio de su actuación, un hombre mayor se le acerca y le pide dinero para comer. La respuesta de Sandro es seca: “¿pero cara de qué tú me ves a mí?”, una reacción que refleja la realidad del hambre y la miseria que pululan en la Cuba de hoy.

El anciano, sin rendirse, le elogia la mano de goma y vuelve a pedirle dinero, pero Sandro lo rechaza diciéndole que siga su camino, para luego bromear con “Magnolia”: “¿Cómo vas a querer irte con ese señor que tiene más alcohol que las farmacias?”. Con esa frase, el nieto de Fidel Castro ironiza sobre el alcoholismo creciente en la isla y la ausencia de medicamentos.

El video no queda ahí. En otra escena, Sandro usa la mano de goma para tocar a una joven que pasaba por el Malecón, lo que le vale una bofetada. Su reacción inmediata es pedir disculpas y burlarse de “Magnolia”, a la que tilda de “promiscua, borracha y tortillera”.

Aunque la secuencia puede parecer vulgar, el subtexto apunta a la descomposición social que atraviesa el país.

El clímax llega cuando el camarógrafo le muestra una foto de “El Wampi”, otro personaje habanero, y Sandro, al verse fuera de la imagen, reacciona con molestia y lanza el papel al mar, infringiendo abiertamente las leyes ambientales.

Finalmente, cierra el video con la frase: “Tengo hambre, vámonos con platanito. Maduro, Maduro, frito, frito”, una línea que para muchos fue un dardo directo al presidente venezolano Nicolás Maduro, al que califica implícitamente como “frito”.

Sandro Castro, propietario de bares y espacios nocturnos en La Habana, se ha convertido en un personaje viral.

Aunque sus videos parecen incoherentes o ridículos, en realidad son un canal donde se mezclan sarcasmo, ironía y crítica política encubierta.

Entre chistes, insultos y gestos extravagantes, el nieto del dictador manda mensajes subliminales que apuntan contra la crisis del país, la pobreza, el alcoholismo y hasta contra los aliados del régimen cubano.

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